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La verdad, como el sol, no es patrimonio exclusivo de nadie, sino que pertenece a todos y para todos produce luz y Vida.
Jerónimo Usera
Jamás resuene en nuestros oídos la terrible palabra enemistad.
Reclutaré almas generosas que quieran servir a Dios de balde.
Señor, consagro a Ti mi entusiasmo, toda mi hacienda y mi vida con tal de poder realizar la obra de tu amor.
La verdad y la luz nunca están en oposición.
Os recomiendo un santa alegría. Ésta acompaña siempre a las buenas conciencias: así como la tristeza es enemiga de todo lo bueno.
Pero sobre todo el cariño de las maestras empleado a su tiempo con sus niñas sacará un gran partido de éstas.
Los intereses materiales ¿podrán por sí solos obrar la unión duradera y feliz de los pueblos? El refinamiento de la materia y su goces ¿alcanzarán por ventura a satisfacer sus deseos y necesidades? Los pueblos ¿no viven también por el espíritu y para el espíritu? ¿No se ve en ellos otra cosa de más valía y más imperecedera que el oro?
Todo dolor, sacrificio, trabajo o alegría tiene una única razón que los sostiene: El Amor de Dios.
¡Cuán grande es la fuerza de la verdad!
Tengan presente que trabajan por Dios y para Dios y de este modo trabajarán con celo y con gusto en medio de los sinsabores y espinas que ofrece el grave cargo del magisterio.
La educación que se da en este Instituto es basada sobre el santo amor y temor de Dios. Con estos dos medios, las educandas no podrán menos de progresar según sus años, seguirán con gusto el curso de sus trabajos, y vivirán contentas.
El misionero es el enviado del Hijo de Dios, que predica la paz, que por doquiera difunde la caridad, y que ofrece felicidad a los que lo escuchan. Sólo para sí guarda los padecimientos.
Yo llevaba en el corazón el deseo de hacer el bien, y nada más.
Soy enemigo de hablar en mi elogio.
Dios creó al hombre superior a todo por lo noble y elevado de su entendimiento y el libre uso de su libertad.
A este Dios veraz y bienhechor del hombre se debe toda acción de gracias.
Se educa a los niños inculcando en sus ánimas sentimientos de bondad y benevolencia, haciéndoles amar la verdad y huir de la mentira.
Hace tiempo que tengo ofrecido a Dios el sacrificio de mi reputación y hasta de mi vida.
Ningún otro fin me condujo a aquellos remotos países que el contribuir con mis escasos conocimientos y buen celo al bienestar de sus sencillos habitantes dándoles a conocer las ventajas de la civilización, cuando va acompañada de los consuelos, de la gracia y luminosos conocimientos que trae en pos de si, la religión del crucificado.
Trataos con mucha caridad, procurad respetaros mutuamente, no os enojéis con facilidad.
El mejor servicio que pueden prestar al cielo y al bienestar y felicidad de los pueblos, es preocuparse día y noche en educar niños para Dios, para sus padres y para la sociedad...
Fatiguen lo menos que puedan la memoria de las niñas. No les hagan aprender de memoria cosa que no comprendan, y que antes no les hayan explicado. Y cuando no comprendan de una manera tengan mucha bondad y paciencia para explicárselo de otra.
Para que los pueblos sean felices y dichosos, no basta que el interés material ponga en contacto a los unos con los otros; es necesario además que la benevolencia y el verdadero afecto estreche sus corazones.
Inculca sentimientos de bondad. Transmite la verdad y haz el bien.
El mayor de los beneficios que pueden hacerse a un pueblo, es enseñarle a la vez los deberes de un buen cristiano y un buen ciudadano.
Idea en tu imaginación una madre llena de cariño para con sus hijos; pues así has de ser tú para con esas niñas.
¡Cuánta necesidad y cuánta hambre hay de enseñanza! Sobre todo de enseñanza sólida y religiosa.
Si alguna vez las pasiones quieren levantar la cabeza, no os acobardéis por eso; hacedles frente, resistidlas, acudiendo presurosamente a los pies de Jesús Sacramentado.
Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.
La religión es una necesidad para el hombre: éste lleva a Dios en el fondo de su corazón.