Imágenes
Jamás olviden las hermanas el fin santo de su vocación, a saber: la enseñanza de las niñas por amor de Dios y para Dios.
Jerónimo Usera
El amor de Dios nos hace sabios y santos.
Tolerar al extraviado, sufrirlo, prestarle socorro si llega el caso, pero no transigir ni con el error ni con la mentira.
Hace tiempo que me he consagrado a defender los derechos de la raza negra, a la que amo en Jesucristo que es el mejor y más desinteresado amor.
Siento que Dios me llama a hacer el bien en la tierra.
Los pueblos serán felices y dichosos si la benevolencia y el verdadero afecto estrechan sus corazones.
Nada tengo, te entregué para siempre el derecho a disponer de mi propia voluntad.
El egoísmo es la muerte de la sociedad y de las familias.
Siendo Dios el móvil supremo de nuestras acciones, practicamos el bien sin coacción de ninguna especie. Lejos de eso, si mandamos, lo hacemos por amor a la justicia, y si nos toca obedecer, obedecemos por amor a la autoridad. En uno y otro caso el respeto y amor de Dios es el fin de nuestra obra.
En estos dos aspectos, principalmente, se asemejan los hombres a Dios: Decir la verdad, hacer el bien.
Una verdad no puede estar en oposición de otra verdad de cualquier orden que ellas sean.
Dame, Dios mío, más dilatados horizontes, nuevas tierras para extender tu reino.
Vinisteis, pues, hermanas para hacer el bien al prójimo.
La razón saca más partido del hombre que las armas.
Jamás hablen con voz destemplada y menos con ira.
El hombre lleva a Dios en el fondo de su corazón.
Los niños se educan haciendo que amen la verdad y huyan de la mentira.
Yo no soy sabio ni menos virtuoso, pero, gracias a Dios, tengo la docilidad de un buen hijo de la Iglesia, de cuya obediencia no permita el Señor me aparte jamás.
La mujer es la base de la sociedad, porque tales cuales fueron los sentimientos de la madre, estos serán siempre los sentimientos de la familia y por consiguiente los del pueblo.
La vida de Jesús es un modelo nuevo, diferente de todos los demás. De él han de aprender los valores todos los cristianos y especialmente las hermanas del Amor de Dios que han consagrado toda su vida a este amor.
Qué hermoso es servir a los pobre y servirlos tan solo por Amor a Dios.
Asistan con gran puntualidad a la hora marcada a sus respectivas clases. Y en estas ármense de gran dulzura y paciencia.
Tengan muy presente las hermanas las terribles consecuencias que puede traer un cuento o lo que vulgarmente se llama chisme.
Procura ser tolerante y de carácter apacible con todo el mundo.
En la corrección cuida mucho de no ruborizar ni humillar a tus alumnas.
El amor de Dios reine en nuestros corazones.
El porvenir del mundo está reservado a la ley santa de Cristo. Ley de amor.
Trabajemos únicamente por Dios diciendo siempre la verdad y haciendo siempre el bien.
No pierdan de vista las profesoras que el principal libro debe ser la propia maestra.
Piensa muy despacio lo que debes decir o hacer.
El católico lleva consigo un germen de vida social y pacífica.
La buena semilla da, al debido tiempo, su fruto, con naturalidad y sin violencia.
El pensamiento de las misiones es el más grande que ha podido inspirar Dios a los hombres.
El católico ve en cada hombre un verdadero hermano; pero un hermano a quien se halla ligado con vínculos más sagrados y más fuertes que los de la sangre.
Estudien el carácter y capacidad de cada niña y sean ingeniosas para hablarles a su corazón y su cabeza.
Mi conducta no toca decirla a mi, bástame remitirme al testimonio de los que presenciaron mis actos.
Las ciencias, las artes, y el comercio son una de las columnas más fuertes del edificio social, pero nunca serán la base. La sociedad descansa sobre un cimiento más sólido; sobre la moral.
Y sabemos la gran diferencia que existe entre obrar exclusivamente por motivos de religión y de conciencia, a obrar exclusivamente por motivos de temor y de respetos humanos.
El evangelio simboliza la verdadera libertad de los pueblos, contiene en sí la paz del mundo, el esplendor de la ciencia y la gloria de la virtud.
Todo por Dios y sólo por Dios.