Imágenes
Todo es júbilo aquí: la alegre máscara del bailarín inmóvil y el asombro de la muchacha sorprendida al borde del acantilado, mientras el viento sueña con alacranes rubios y alfileres que la niebla diluye.
Jenaro Talens
Yo aprendí: que la lucha no es contra otro, sino contra uno mismo, que las cosas tienen que seguir aunque uno pierda, que nada cae del cielo, que las cosas requieren esfuerzo. La disciplina y la capacidad para saber esperar las aprendí en el deporte.
Fuiste verdad visible, combustión, palabras que mis manos llovían sin descanso desde el temblor de un vértigo insondable.
Vuelve a tu nada, dijo el sol a la noche quebrando el alba.
A mí me interesa la musicalidad no como estructura abstracta, sino como acercamiento al fraseo de la oralidad. En mi poesía hay una intención de incluir lo conversacional, y no tanto el léxico como el tono.
Mis ideas acerca del futuro crecen como burbujas de sustancia. Por qué seguir; la escena ha terminado, y ahora que ya no necesito nada (si acaso respirar la luz del día), ahora, cuando descubro que esa luz no acaba, sé que el camino existe porque por él avanzo: soy camino.
La muerte es como el sueño, parecida a ti: no puede ser pensada.
La noche apoya su cabeza en mi hombro, su materia sensible. No hay nostalgia, sino copos de tiempo que la noche aventa en un espacio vuelto madrugada.
El día muere en Austin y estoy solo. Aquí, de pie, junto al Brick Oven, pienso en tu cuerpo, en ti. ¿Qué podría ofrecerme esta noche de otoño que no me ofrezcas tú?
Ciego el espejo es para el que en su pulida entraña no consigue iniciarse con claridad.
Sientes la luz herirte y aprisionas su sonido tenaz. Si una palabra hubiera, si una sola palabra, que bastase. Como a estas aguas quietas, para existir, sus olas.
Dice que sólo duerme con extraños, que ellos así reservan para ella sus más limpios manteles y su mejor sonrisa.
A mí lo que más me influye, como escritor, es la noción de montaje, el collage, el intentar articular un texto siguiendo técnicas que se acercan al cortar y pegar de la película.
El pájaro del alba dice que ayer no existe. No hay memoria, ni significa nada. Sólo, mira esta pasión que nos acoge, que ha estallado, de pronto, insobornable, como las ganas de vivir.