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Las mujeres no simpatizan entre sí por los mismos motivos que agradan a los hombres.
Jean de la Bruyere
Frecuentemente es más breve y más útil adaptarse a los otros que hacer que los demás se ajusten a nosotros.
El hombre guarda mejor el secreto ajeno que el suyo; la mujer, por el contrario, guarda mejor su secreto que el ajeno.
Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos.
Añorar lo que amamos, es un bien si se compara con la realidad de vivir con el objeto amado.
Cuanto más nos acercamos a los grandes hombres más nos damos cuenta de que son hombres.
Es más frecuente ver un amor extremo que una perfecta amistad.
Cuando un pueblo se exalta es difícil calmarlo; pero cuando está tranquilo es difícil saber cuándo va a exaltarse.
Las mujeres se sienten ligadas a los hombres por los favores que les otorgan; los hombres, con estos mismos favores, se ven aliviados de su pasión.
Por muy exigente que se sea en amor, se perdonan más faltas que en la amistad.
El deber de un juez es hacer justicia; su arte consiste en demorarla.
Es empresa vana tratar de ridiculizar a un necio rico: las carcajadas están de su parte.
No pensar más que en sí mismo y en el presente, es, en la política, una fuente de error.
Nada dura más que una fortuna moderada y nada llega antes a su término que una gran fortuna.
Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca.
El talento y la aptitud no suelen proporcionar grandes riquezas.
Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.