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Pocas mujeres hay tan perfectas que puedan evitar que su marido se arrepienta, al menos una vez al día, de haberse casado, o de juzgar dichoso al que permaneció soltero.
Jean de la Bruyere
La gloria o el mérito de algunos hombres es escribir bien; la de otros no escribir nada.
El tiempo, que fortalece la amistad, el amor se debilita.
La armonía más dulce de escuchar es el sonido de la voz del ser amado.
A la vista de algunas miserias, siente uno cierta vergüenza de su propia felicidad.
Cuando una lectura os eleva el espíritu y os inspira sentimientos nobles y valerosos, no busquéis ninguna otra regla para juzgar la obra: es buena y está hecha por una mano de artista.
La envidia y el odio van siempre unidos, se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto.
Para llegar a la meta de sus propósitos, la mayoría de los hombres es más capaz de un esfuerzo extraordinario que de una larga perseverancia.
El duelo por la ausencia de un ser querido es felicidad frente a la vida con una persona que odia.
No puede ir muy lejos la amistad cuando ni uno ni otro están dispuestos a perdonarse mutuamente sus pequeños defectos.
El sentimiento me dice que hay un Dios y no me dice que no existe. Con eso me basta.
Un rostro hermoso es el más hermoso de los espectáculos; y la más suave delas armonías es el sonido de la voz de la amada.
No hay camino demasiado largo para quien anda despacio, sin apresuramientos; no hay victorias demasiado lejanas para quien se prepara a ellas pacientemente.
No hay más que tres acontecimientos importantes en la vida: nacer, vivir y morir. No sentimos lo primero, sufrimos al morir y nos olvidamos de vivir.
De toda revelación de un secreto debe culparse a quien lo confió.
No hay mujeres feas; sólo mujeres que no saben cómo parecer bellas.
Si observáis cuidadosamente quiénes son aquellos que jamás encuentran una alabanza para otros, que siempre calumnian, que de nadie están contentos, hallaréis que son precisamente aquellos de quienes nadie está satisfecho.
Sólo hay un camino para llegar, y mil para desviarse.
El amor que nace de repente es el que más cuesta de curar.
Conviene reír antes de ser felices, por miedo de morir sin haber reído.
Hombre que vive entre intrigas durante algún tiempo, no puede ya pasarse sin ellas; cualquier otra manera de vida le resulta lánguida.
Los hijos quizá serían más amados por su padres y recíprocamente éstos de aquellos, si no existiese la palabra heredero.
Si la pobreza es la madre de todos los vicios, la carencia de espíritu es el padre.
Existen dos medios de triunfar en el mundo: mediante la propia habilidad o aprovechando la necedad de los otros.
La Sencillez hacia el exterior corresponde a los hombres ordinarios, como un vestido hecho a media para ellos, pero sirve como un adorno a los que han llenado su vida con grandes hechos: se podría comparar con un poco de belleza descuidadamente vestida y con ello todo el atractivo más.
Eliminad las pasiones, el interés, la injusticia. ¡Qué tranquilidad reinaría en las mayores ciudades! Las verdaderas necesidades de la vida y el alimento no causan ni la tercera parte de las preocupaciones.
La aflicción que es aturdido y sin habla no está de moda: la mujer de hoy está de luto por su marido en voz alta y le explica toda la historia de su muerte, que aflige tanto, que no olvida el más mínimo detalle al respecto.
Quien dice que no es dichoso, podría serlo por la dicha de su prójimo si la envidia no le quitara este último recurso.
Hacer un libro es un arte, como la fabricación de un reloj, sino que necesita más que talento nativo para ser un autor.
La liberalidad no consiste en dar mucho, sino dar a tiempo.
El dar de mala gana es grosería. Nada cuesta añadir una sonrisa.
No hay cosa que los hombres traten de conservar tanto ni administren tan mal como su propia vida.
Lo mejor que hay en el mundo es la amistad.
Horace o Boileau han dicho tal cosa delante de ti. - ¿Puedo tomar su palabra para ella, pero lo he utilizado como la mía. Es posible que no tengo el mismo pensamiento correcto después de ellos, como otros pueden tener tras de mí?
Los mismos vicios que nos parecen enormes e intolerables en los demás, no los advertimos en nosotros.
Querer olvidar a alguien significa pensar en él.
Para el hombre sólo hay tres acontecimientos: nacer, vivir y morir. No se sabe cuándo nace, padece cuando muere y olvida cómo debe vivir.
Hay más herramientas que obreros.
Hay personas que comienzan a hablar un momento antes de haber pensado.
¡Cuántas mujeres hay a quienes una gran belleza no ha servido nunca más que para hacerles concebir la esperanza de una gran fortuna!