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Hoy, el apocalipsis ha dejado de ser una mera referencia bíblica para convertirse en una posibilidad muy real. Nunca antes en el acontecer humano se nos había colocado tan al límite, entre la catástrofe y la supervivencia.
Javier Pérez de Cuéllar
Graves penalidades resisten los remedios que los gobiernos pueden aplicar.
Se consideró en algunos círculos una torre de Babel y, como mucho, un centro para negociaciones diplomáticas con frecuencia infructíferas.
Unos 500.000 científicos de todo el mundo dedican sus conocimientos al estudio de armas más sofisticadas y mortíferas.
Esto ha dado ímpetu a las fuerzas que llevan a la lucha violenta.
Presenta una amenaza tan destructiva a las generaciones presentes y futuras como las plagas que en épocas anteriores arrasaron muchas partes del mundo.
La Organización de las Naciones Unidas misma no ha podido desempeñar un papel eficaz y decisivo, como sus estatutos ciertamente propusieron que lo hiciera.
Más de mil millones de personas viven actualmente en pobreza absoluta.
Pueden llegar a morir muchas más personas en el África subsahariana, que las que murieron durante la II Guerra Mundial. Y aún los que sobrevivan pueden quedar afectados física o mentalmente para el resto de su vida.
La situación mundial presenta prueba irrefutable de que la pobreza -está socavando- la cohesión de nuestras sociedades.
Hoy día la carrera de armamentos penetra hasta en los océanos del mundo y el espacio sideral. De hecho, es irónico que la acumulación de armamentos sea una de las pocas industrias que está creciendo en una época de depresión y abatimiento económico'.
En un mundo en el que coexisten una carrera desenfrenada de armamentos y condiciones de injusticia, hambre y necesidad, ustedes están llamados a recordar constantemente a sus gobernantes el imperativo de la cooperación para el logro de la paz.