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Todo impulso del sentimiento debe estar dirigido por la razón, y a mi juicio, el esfuerzo debe ser proporcional a lo que se pretende.
Jane Austen
¿Pretende atemorizarme, viniendo a escucharme con esa seriedad? Yo no me asusto, aunque su hermana toque tan bien. Hay una especie de terquedad en mí, que nunca me permite que me intimide nadie. Por el contrario, mi valor crece cuando alguien intenta intimidarme.
¿Y ésta es toda la contestación que he de tener el honor de esperar? Quizás pudiera desear que se me informarse porque con tan escasa prueba de cortesía soy rechazado así.
He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente.
He sido un ser egoísta toda mi vida, no en teoría, pero sí en la práctica.
Quizá se me pueda acusar de rencoroso. Cuando pierdo la buena opinión que tengo sobre alguien, es para siempre.
Ha de poseer todo eso, y aún algo más sustancial, mediante el perfeccionamiento de su inteligencia gracias a unas lecturas muy extensas.
Me ocupaba en cosas mucho más agradables. He estado meditando en el gran placer que pueden proporcionar unos ojos hermosos en el rostro de una mujer bonita.
Tom Lefroy: Baila usted con pasión. Jane Austen: Ninguna mujer sensata demostraría pasión si pretendiera atraer a un marido. Tom Lefroy: O resistirse a un amante.
No quiero que la gente sea muy agradable, pues así me ahorran la molestia de que me tengan que gustar demasiado.
Como se sabe, los negocios puedan dar dinero, pero la amistad raramente lo hace.
Son jóvenes aún para ver la realidad del mundo y adquirir la humillante convicción de que los hombres guapos deben tener algo de qué vivir, al igual que los feos.
Un proyecto que en todas sus partes promete dichas, nunca sale bien; y no te puedes librar de algún contratiempo, si no tienes una pequeña contrariedad.
No todos los hombres terminan casándose con la mujer que les quiere más.
Si una mujer disimula su afecto al objeto del mismo, puede perder la oportunidad de conquistarle.
Nadie que en los países civilizados conozca la naturaleza humana puede negar que, en efecto, esos libros constituyen un tormento para los niños; sin embargo, debemos reconocer que nuestros historiadores tienen otro fin en la vida.
La amistad es el mejor bálsamo para las heridas que produce en el alma un amor mal correspondido.
Hay personas que cuanto más se hace por ellos menos hacen ellos por sí mismos.
No podría decirte qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el cuello.
Los hombres tienen toda la ventaja sobre nosotras por ser ellos quienes cuentan la historia. Su educación ha sido mucho más completa; la pluma ha estado en sus manos. No permitiré que los libros me prueben nada.
El egoísmo tiene que perdonarse siempre, porque es un mal que no tiene remedio.
Un acontecimiento anhelado con impaciencia no podía, al realizarse, traerle toda la satisfacción que era de esperar.
Los tópicos más comunes, más triviales y más manidos, pueden resultar interesantes si se dicen con destreza.
Lo que es tolerable en la juventud, es imperdonable en la edad madura.
Creo que en todo individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a un defecto innato, que ni siquiera la mejor educación puede vencer. - Y ese defecto es la propensión a odiar a todo el mundo.
Ese amor me ha ido viniendo tan gradualmente que apenas sé cuándo empezó.
No fijar límites en adelante a la desvergüenza de un desvergonzado.
Los que no cambian nunca de opinión deben cerciorarse bien antes de juzgar.
El que una pareja crea que son iguales o se conozcan bien de antemano, no les va a traer la felicidad en absoluto. Las diferencias se van acentuando cada vez más hasta hacerse insoportables; siempre es mejor saber lo menos posible de la persona con la que vas a compartir tu vida.
Aquí estoy una vez más en esta escena de la disipación y el vicio, y ya empiezo a encontrar mi moral dañada.
Uno se familiariza con Shakespeare sin saber cómo. Forma parte de la naturaleza de todo inglés.
Cuando contemplo una noche como esta, tengo la sensación de que ni la maldad ni el dolor pueden existir en el mundo.
El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.
¿Qué valor puede tener la vida si no estamos juntos?
Que otras plumas se ocupen de crímenes y miserias.
Aunque no en principio, en la práctica, he sido un ser egoísta toda mi vida.
En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo.
Si practica el arte de la ficción y quiere ser como un autor masculino, la experiencia es vital.
Mis afectos y deseos no han cambiado, pero una palabra suya me silenciara para siempre.
Todos tropezamos, a veces, con la dificultad de no poder fijar nuestra atención como desearíamos.