Imágenes
Mi corazón es blanco de ternura.
Jacobo Fijman
Agua de sol, cencerros de horizontes enlazaban la intensidad armónica de nuestros cuerpos claros y vigorosos, en plenitud de luces infinitas.
Amada, afuera nos besaremos desnudos de tinieblas y pavores, tendidos en amor de Cristo.
En las piedras quiere tallarse el viento.
Sálvate, mundo mío, desatando infinitos.
Nuestros cuerpos: auroras y ponientes en la alegría loca de los vientos. ¡El corazón del mundo en nuestra boca!
Los ojos mueren en la alegría de la visión desnuda de carne y de palabras.
Mi poesía es toda medida. De una manera que la acerca a lo musical.
Siento en mis ojos las anguilas fuera de sí de los silencios montañeses.
Amor, tu alma canta dolor de carne, dolor de vida, pavor de muerte bajo los cielos llovidos de esperanza.
Pon en mi soledad los pies ligeros de tus dichas.
No soy enfermo. Me han recluido. Me consideran un incapaz. Quiénes son mis jueces. Quiénes responderán por mí.
Todas las palabras son esenciales. Lo difícil es dar con ella.
Corderos desfigurados reflejan en sus ojos las vueltas de las estrellas y los viejos molinos.
Siempre estoy como una llanura. Para buscar un cerro miro las multitudes.
El alma del mundo es como un pájaro herido que sangra en el amar.
Todos los trópicos se hicieron jugos en tu boca.
El arte tiene que volver a ser un acto de sinceridad.
¡La esperanza juega a las cartas con los absurdos!
Es muy larga la noche del corazón.