Imágenes
Cultive las virtudes romanas: la dignidad, el orgullo, el estoicismo hasta la muerte.
J. G. Ballard
Los funerales celebran el cruce de otra frontera, en muchos sentidos el más formal y prolongado de todos.
Todo puede aprenderse, especialmente las cosas peligrosas.
El suicida no vuelve nunca a la escena del crimen.
Una norma de vida: si puedes oler a ajo, todo anda bien.
Las artes y la delincuencia siempre han florecido juntas.
No hay Mesías capaz de competir con la hora de la siesta.
Primero intentaría matarlo, pero si fallaba lo alimentaría y se daría a él, lo amamantaría devolviéndolo a un primitivo estado infantil y hasta era posible que llegara a tenerle afecto. Luego, en cuanto se durmiese, lo degollaría. La sinopsis del matrimonio ideal.
Esa imagen de la propia muerte que todos los hombres guardan en un sitio secreto del corazón. (lógicamente -pues no hay propósito más sombrío que el de la vida-, uno debería decir todas las mañanas a los amigos. lamento tu irrevocable muerte, como si sufrieran de un mal incurable...).
Me palmeé los bolsillos buscando un cigarrillo, el mejor antídoto para tanto ejercicio y tanta salud.
La vida en el rascacielos comenzaba a parecerse al mundo exterior: la misma crueldad implacable enmascarada por una serie de convenciones corteses.
Los únicos filósofos auténticos que hoy quedan son los policías.
El crimen tiene una historia respetable: el Londres de Shakespeare, la Florencia de los Medici. Nidos de asesinatos, venenos y ejecuciones con garrote. Dime una época en que haya florecido el orgullo cívico y las artes y no hubieran crímenes generalizados..
El organismo humano es una exhibición de atrocidades.
El alcohol mata lentamente, pero no tengo prisa.
La vida es en sí misma una especie de enfermedad.
Y a pesar de la abundante provisión de comics de Batman, la atmósfera es bastante puritana.
La creencia religiosa exige un vasto esfuerzo de compromiso imaginativo y emocional, lo que es bastante difícil si uno todavía esta atontado por las pastillas de la noche anterior.
Todos los psiquiatras son incompetentes.