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¡Aprende, compara, recopila los hechos!
Iván Pávlov
La verdadera, la auténtica teoría científica, no sólo debe abarcar todo el material existente, sino que debe abrir amplias posibilidades para el estudio ulterior y -permítasenos expresarnos así- para la experimentación ilimitada.
Cuando disecciono y destrozo a un animal vivo, oigo en mi interior al amargo reproche de que con una mano brutal y torpe estoy estropeando un mecanismo artístico incomparable.
Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante.
Frecuentemente se dice, y no sin razón, que la ciencia avanza a saltos, que dependen de los éxitos obtenidos con el método de investigación. A cada paso adelante de los métodos, parece como si ascendiésemos un nuevo escalón, desde el cual se nos abre un horizonte más amplio que descubre objetos antes invisibles. Por ello, nuestra primera tarea ha sido la elaboración del método.
No olvidad que la ciencia exige del individuo su vida entera. Si tuviéramos dos vidas, tampoco serían suficientes.
Aprende el abecé de la ciencia antes de intentar alcanzar su cúspide.
Condiciona a la gente para que no espere nada y tendrás a todos excitados con la mínima cosa que les ofrezcas.
Siempre me mantengo sobre el terreno de los hechos: todas mis conjeturas las compruebo experimentalmente y, de esta manera, me apoyo siempre en la solución que dan los hechos.
Para el naturalista todo está en el método.
¡Maldito seas, Pávlov!
Aprended a hacer trabajo de peón en la ciencia. Estudiad, confrontad, acumulad hechos. Por muy perfectas que hubiesen sido las alas del ave, jamás le habrían podido permitir elevarse si no se apoyasen en el aire. Los hechos son el aire del hombre de ciencia. Sin ellos, jamás podréis levantar el vuelo. Sin ellos vuestra teorías serán esfuerzos vanos.
Pero estudiando, experimentando, observando, procurad no quedaros en la superficie de los hechos, No os convirtáis en archiveros de los hechos. Procurad penetrar en el secreto de su origen. Buscad tenazmente las leyes que los regulan.
La ciencia exige del hombre una gran tensión y una gran pasión. Sed apasionados en vuestro trabajo y en vuestra investigaciones.