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El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga.
Indira Gandhi
Un día mi abuelo me dijo que hay dos tipos de personas: las que trabajan, y las que buscan el mérito. Me dijo que tratara de estar en el primer grupo: hay menos competencia ahí.
No hay peor contaminación que la pobreza.
El mundo exige resultados. No les cuentes a otros tus dolores del parto, muéstrales al niño.
No se le puede dar la mano a quien tiene el puño cerrado.
La desconfianza es una señal de debilidad.
Creo en un mundo unido, y llegará el tiempo en que la gente sabrá preservar su individualidad y -a la vez- abatir barreras divisorias.
Normalmente la inspiración divina llega cuando el horizonte es más negro.
Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero y a aquellos que quieren hacerlo todo sólo con dinero.
El pensamiento justo y la acción correcta por parte del pueblo no pueden dejar de incidir sobre el gobierno.
No se puede jugar un papel constructivo sino en la medida en que se está seguro de sí mismo y consciente de las debilidades.
Es un verdadero privilegio haber sobrellevado una vida difícil.
La fuerza de una nación, depende en última instancia de lo que puede hacer por su cuenta, y no de lo que puede pedir prestado.
Los impulsos tendientes a crear o acentuar divisiones deberían ser atemplados y reemplazados por el espíritu de conciliación.
El perdón es una virtud de los valientes.
Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.
Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos.
No existe político en la India lo suficientemente audaz para tratar de explicar a las masas que las vacas pueden ser comidas.
Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.
No se puede ser prisionero de la indecisión, porque en ella todas las puertas permanecen abiertas.
La fuerza no proviene de la capacidad física sino de la voluntad indomable.
La gente tiende a olvidar sus deberes, pero recuerda sus derechos.