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El valor cognoscitivo de una teoría nada tiene que ver con su influencia psicológica sobre las mentes humanas. Creencias, convicciones, comprensiones... son estados de la mente humana. Pero el valor científico y objetivo de una teoría es independiente de la mente humana que la crea o la comprende.
Imre Lakatos
Los científicos tienen la piel gruesa. No abandonan una teoría simplemente porque los hechos la contradigan.
Una de las condiciones básicas del razonamiento científico es que las teorías deben ser apoyadas por los hechos.
¿Cómo suceden las revoluciones científicas? Si tenemos dos programas de investigación rivales y uno de ellos progresa, mientras que e1 otro degenera, los científicos tienden a alinearse con el programa progresivo. Tal es la explicación de las revoluciones científicas.
Si a un historiador su metodología le suministra una mala reconstrucción racional, puede, o bien distorsionar la historia de modo que coincida con su reconstrucción racional, o decidir que la historia de la ciencia es muy irracional.
Es muy difícil derrotar a un programa de investigación que esté defendido por científicos imaginativos y de talento.
Las críticas importantes son siempre constructivas.
Realmente lo que caracteriza a la conducta científica es un cierto escepticismo incluso con relación a nuestras teorías más estimadas.
La profesión de fe ciega en una teoría no es una virtud intelectual sino un crimen intelectual.
Según los elitistas, la ciencia sólo puede ser juzgada por procedimientos de jurisprudencia, y los únicos jueces son los científicos mismos. Si estos autoritarios tienen razón, la autonomía académica es sacrosanta, y el lego, el extraño, no debe atreverse a juzgar a la élite, científica.
Todos los programas de investigación que admiro tienen una característica común. Todos ellos predicen hechos nuevos, hechos que previamente ni siquiera habían sido soñados o que incluso habían sido contradichos por programas previos o rivales.
La formación científica -atomizada de acuerdo con técnicas distintas y separadas- ha degenerado en entrenamiento científico. No hay que sorprenderse de que ello desanime a las mentes críticas.
Según el inductivismo sólo pueden tener cabida en la ciencia aquellas proposiciones que, o bien describen hechos indiscutibles, o son generalizaciones inductivas infalibles a partir de aquéllos. Cuando un inductivista acepta una proposición científica, la acepta como una verdad probada y la rechaza si tal no es el caso.
Las metodologías modernas o lógicas del descubrimiento consisten simplemente en un conjunto de reglas (quizá no rigurosamente interrelacionadas, mucho menos mecánicas) para la evaluación de teorías ya elaboradas.
Una teoría es científica si podemos especificar por adelantado un experimento crucial (o una observación) que pueda falsaria, y es pseudo-científica si nos negamos a especificar tal falsador potencial.
La mayor parte de la historia de la epistemología es la historia de la lucha entre escuelas justificacionistas rivales acerca de la demarcación entre episteme, por una parte, y doxa, el reino de la incertidumbre y del error, de la discusión fútil e inconcluyente, por la otra.
El ejemplo clásico de programa de investigación victorioso es la teoría gravitacional de Newton: posiblemente el programa de investigación con más éxito que ha existido nunca.
Las revoluciones científicas consisten en que un programa de investigación reemplaza a otro (superándolo de modo progresivo). Esta metodología proporciona una nueva reconstrucción racional de la ciencia.