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Una escuela centrada en el individuo tendría que ser rica en la evaluación de las capacidades y de las tendencias individuales. Intentaría asociar individuos, no sólo con áreas curriculares, sino también con formas particulares de impartir esas materias.
Howard Gardner
La irrupción de las nuevas tecnologías nos obliga a educar a los niños de forma distinta.
Conjuntamente con los especialistas evaluadores, la escuela del futuro deberá contar con el gestor (broker) estudiante-curriculum. Su trabajo consistiría en ayudar a emparejar los perfiles de los estudiantes, sus objetivos e intereses, con contenidos curriculares concretos y determinados estilos de aprendizaje.
El gran desafío, tanto para el docente como para el alumno, es encontrar ese equilibrio entre grado de desafío de una actividad y el grado de habilidad de la persona que la realiza.
En el futuro vamos a ser capaces de individualizar, de personalizar la educación tanto cuanto queramos.
El propósito de la educación es lograr que las personas quieran hacer lo que deben hacer.
Es muy importante evaluar las inteligencias, pero los test estandarizados no son la solución.
El sistema educativo ha cambiado más en las últimas décadas que en los siglos anteriores.
Quizás la amalgama de juventud y madurez es una característica identificable del genio científico creativo.
Podemos ignorar estas diferencias y suponer que todas nuestras mentes son iguales. O podemos tomar las diferencias entre ellas.
La inteligencia, lo que consideramos acciones inteligentes, se modifica a lo largo de la historia. La inteligencia no es una sustancia en la cabeza como es el aceite en un tanque de aceite. Es una colección de potencialidades que se completan.
Sería conveniente disponer, en un volumen, de una síntesis del trabajo sobre la educación de las estructuras de la mente que fuera de buena tinta.
Cada ser humano tiene una combinación única de inteligencia. Éste es el desafío educativo fundamental.
Nuestras limitaciones no sólo posibilitan los primeros aprendizajes vitales, sino que también permiten ocasionales rupturas creativas.
El diseño de mi escuela ideal del futuro se basa en dos hipótesis: la primera es que no todo el mundo tiene los mismos intereses y capacidades; no todos aprendemos de la misma manera. La segunda hipótesis puede doler: es la de que en nuestros días nadie puede llegar a aprender todo lo que hay para aprender.