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En constante oposición consigo mismo, midiendo sus esperanzas por sus males presentes y sus males por un porvenir que no le pertenece, el hombre imprime a todos sus actos el carácter de la inconsciencia y de la debilidad. Aquí abajo, no hay nada completo más que la desgracia.
Honoré de Balzac
En el naufragio de la borrachera el amor propio es el único sentimiento que consigue mantenerse a flote.
Los trapos sucios lavarlos en casa.
Las mujeres poseen un admirable instinto de desconfianza.
En las grandes crisis el corazón se rompe o se endurece.
Nuestros órganos son los ministros de nuestros placeres.
Exageramos igualmente las desgracias y la felicidad; nunca somos ni tan desgraciados ni tan dichosos como se dice.
Detrás de cada gran fortuna hay un delito.
El dolor ennoblece incluso a las personas más vulgares.
La mujer es la reina del mundo y la esclava de un deseo.
Las amistades duran poco cuando uno de los amigos se siente ligeramente superior al otro.
El amor aborrece todo lo que no es amor.
La necesidad es a menudo la espuela para el genio.
Las faltas de las mujeres son otros tantos actos de acusación contra el egoísmo, la despreocupación y la nulidad de sus maridos.
Si el amor es la primera de todas las pasiones es porque halaga a todas las demás.
Cuando el despotismo está en las leyes, la libertad se alberga en las costumbres y viceversa.
El hambre hace salir al lobo del bosque.
La desgracia engendra la igualdad.
Lo que hace indisoluble a las amistades y dobla su encanto, es un sentimiento que le falta al amor, la certeza.
El tiempo es el único capital de las personas que no tienen más que su inteligencia por fortuna.
El amor es la única pasión que no admite pasado ni futuro.
En el naufragio de la embriaguez, puede observarse que lo único que sobrenada es el amor propio.
No existen grandes talentos sin gran voluntad.
El pensamiento es la clave de todos los tesoros; las ganancias del avaro son nuestras sin sus preocupaciones.
La mujer es coqueta mientras no ama.
Sencillo es todo lo verdaderamente grande.
La bravura de que muchos hacen alarde, es un hábil cálculo sobre el miedo que domina a sus adversarios.
La posesión del poder, por inmenso que sea, no da la ciencia de poder utilizarlo.
La habilidad para ocultar la grandeza de los sentimientos es indicio de una inmensa superioridad.
La ingratitud proviene, tal vez, de la imposibilidad de pagar.
No se es amigo de una mujer cuando se puede ser su amante.
En todas las ocasiones, las mujeres tienen más motivos de dolor que los hombres y sufren más que ellos.
Nunca nos faltadinero para nuestros caprichos: sólo regateamos el precio de las cosas útiles o necesarias.
Estar celoso es el súmmum del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.
Es mucho más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es mucho más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.
Todo poder es una conspiración permanente.
El placer es como ciertas substancias medicinales: para obtener constantemente los mismos efectos, es menester doblar las dosis, de las cuales la última lleva consigo la muerte o el embrutecimiento.
La vida no va sin grandes olvidos.
Sentir, amar, sufrir y sacrificarse, será siempre el texto de la vida de las mujeres.
Las coquetas son como los cazadores que se ufanan en cazar, pero que no comen la presa.