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Ninguna prueba, ninguna rectificación ni desmentido puede anular el efecto de una publicidad bien hecha.
Hermann Keyserling
Muy pocos grandes hombres proceden de un ambiente fácil.
Hay que abandonar toda idea de evolución natural; no existe semejante cosa. Nada prueba que, desde el punto de vista biológico, el hombre esté más avanzado que el microbio.
El anarquista que pretende mejorar el mundo es un fenómeno que carece en absoluto de sentido. Lo más grotesco de él es su frecuente pretensión de tener razón, mientras el universo está equivocado.
En la práctica, sólo es problema lo que la inteligencia puede resolver.
Los reyes son por instinto perfectamente corteses, pues sienten que sólo de esta manera pueden hacer soportable a otros su situación privilegiada.
Se ha dicho que hace falta poseer muchas lenguas para poder pensar conscientemente en la propia. No hay nada más exacto. Cada idioma es una visión del mundo.
Generalizar siempre es equivocarse.
El intelectual para quien la definición sustituye a la comprensión, es despreciable.
La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer.
Todo amor, como experiencia, es absolutamente original.
No puede conseguirse ningún progreso verdadero con el ideal de facilitar las cosas.
El ocio en sí, por mucho que se exalte, no hace nunca feliz. Sólo la libre expansión de las energías crea el sentimiento de la felicidad.
La multitud por sí sola nunca llega a nada si no tiene un líder que la guíe.
El hombre sólo es libre en el momento de su decisión. Tan pronto como la decisión ha sobrevenido, se siente ligado por ella.
La máxima felicidad del matrimonio, cosa que los jóvenes ignoraran siempre, es la de envejecer juntos.
Los que se proponen como objeto supremo de su vida la felicidad personal, es natural que no tengan inclinación hacia el matrimonio.
La disciplina es, por una parte, el mejor camino para la libertad; pero si se la concibe como fin en sí misma, degrada al hombre, convirtiéndole en autómata.