Imágenes
Cuando advirtió en su cordial semblante una cierta, aunque reprimida sonrisa, que le pareció advertir por primera vez. Apenas vio aquella sonrisa, en cierto modo burlona u hostil pese a su apariencia amistosa, recordó inmediatamente lo que estuvo buscando infructuosamente en su memoria...
Hermann Hesse
La humanidad tendrá que aprender alguna vez a contener su multiplicación por medios de razón.
La bella y noble novia de la que había hablado de manera alegórica era la pobreza, con la que pensaba desposarse hondamente de aquí en más.
Pero, mi querido amigo, debo confesarte que, desde que mi pensamiento ha cambiado, ya no existen para mí palabras ambiguas ni dichos: cada palabra tiene decenas, centenares de significados. Y ahí empieza lo que temes... La magia.
Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno -tentativa e impulso desde lo hondo- tiende a su propio fin.
Hay muchos santos que en un principio fueron graves pecadores; también el pecado puede ser un camino para la santidad...
La desesperación es el resultado de pretender tomarse en serio la vida con todas sus bondades, la justicia y la razón, y de cumplir con sus exigencias.
Las palabras ingeniosas carecen totalmente de valor. Sólo le alejan a uno de sí mismo. Y alejarse de uno mismo es pecado. Hay que saber recogerse en sí mismo por completo, como las tortugas.
No es en los discursos y en el pensamiento donde reside su grandeza, sino en sus actos, en su vida.
El más elevado de todos los dones y bendiciones del espíritu que Cristo concede a los suyos es: el de superarse a uno mismo y, por amor al Redentor, tolerar gustosamente el castigo y la injuria y el sufrimiento".
Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial.
Donde el camino me llevó siempre una lumbre daba abrigo pero yo nunca conocí qué es una patria y un hogar.
¿Y crees tú por ventura que todos los hombres realmente verdaderos y completos han alcanzado la celebridad y son conocidos de las generaciones posteriores?
La desesperación es como un río; en una orilla están los niños; en la otra los hombres maduros, los que han despertado ya de su letargo. Todos los sentimientos son buenos, óptimos, también el odio, también la envidia, también los celos, también la crueldad.
La divinidad está en ti, no en conceptos o en libros.
Me encontré de pronto en la culminación de la dicha del amor y en consecuencia en la cima de mi vida, de mis añoranzas y aspiraciones.
El amor no se debe pedir, ni tampoco exigir. Ha de tener la fuerza de llegar en sí mismo a la certeza, y entonces atrae ya en lugar de ser extraído.
Nada está fuera, nada está dentro. Conoces el significado religioso de esto: Dios está en todas partes. Está en el espíritu, y también en la naturaleza. Todo es divino, porque Dios es todo.
Soledad es igual que independencia.
... ninguna doctrina me enseñará nada desde hoy. Seré mi propio alumno y de mí solo aprenderé.
Ninguna persona puede ver y comprender en otros lo que ella misma no ha vivido.
Toda vida tiende hacia el lenguaje, en la voz y en el número, en el color, la línea y el sonido y alza un trono cada vez más alto a los sentidos.
Para contar mi historia debo remontarme muy atrás. Si me fuera posible, tendría que ir aún más atrás, hasta los primeros años de mi niñez y más allá de ellos, al remoto pasado de mis orígenes.
Dos y dos son cuatro -acostumbraba a decir-. Esto es lo que creo, y el hombre debe construir su pensamiento sobre la base de esta verdad.
Todo, incluso lo más banal, chocaba dentro de mí en el mismo punto con un mazazo silencioso y continuo. Todas las sesiones ayudaban a raspar pieles de mí, a romper cáscaras de huevo, y después de cada una la cabeza se alzaba un poco más, algo más libre, hasta que mi pájaro amarillo eclosionaba como un hermoso pájaro con cabeza de depredador saliendo de la destruida cáscara del mundo.
La humanidad y la política en el fondo siempre se excluyen. Ambas son necesarias, pero es casi imposible servir a ambas a la vez. La política exige un partido, la humanidad prohíbe el partido.
Nadie puede pensar lo que quiere ni hacer pensar a otro lo que a él se le antoje. Lo único que puede hacerse es observar atentamente a una persona; generalmente se puede decir luego con exactitud lo que piensa o siente y, por consiguiente, también se puede predecir lo que va a hacer inmediatamente.
En verdad, únicamente el hombre que ha logrado penetrar en el interior de su ser posee tanta grandeza en sus modos.
Sin el animal que habita dentro de nosostros somos ángeles castrados.
Hay millones de facetas de la verdad, pero una sola verdad.
Y aunque yo fuera una bestia descarriada, incapaz de comprender al mundo que la rodea, no dejaba de haber un sentido en mi vida insensata, algo dentro de mí respondía, era receptor de llamadas de lejanos mundos superiores, en mi cerebro se habían animado mil imágenes.
¡Nada hay más tonto ni hace más desgraciado que la inteligencia!
Desde hace muchos años estoy convencido de que el espíritu europeo está en declive y necesita volver a sus fuentes asiáticas. Durante años he honrado a Buda y he leído literatura india desde mi más temprana juventud. Después me acerqué a Lao Tse y a los demás chinos. El viaje a India fue tan sólo un pequeño complemento e ilustración de estas ideas y estudios.
El arte es la contemplación del mundo en estado de gracia.
Sobre el instante en que se decide el destino interior de un hombre siempre se expande una oscuridad, como sobre un misterio sagrado.
Una y otra vez se aferra uno a las cosas a las que ha tomado cariño y piensa que se trata de fidelidad, pero es solo pereza.
... ¡el amor puede mendigarse, comprarse, darse, recogerse en la calle, pero no se roba!
Pero cada uno es un impulso de la naturaleza hacia el hombre.
Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga.
Hoy, todos los individuos que hemos despertado realmente, vivimos en un estado de desesperación. La desesperación es nuestro legítimo lugar y posición. De este modo hemos sido colocados entre Dios y la nada. Respiramos, aleteamos y oscilamos entre ambos. Todos los días nos dan ganas de arrojar la vida, pero nos detiene lo que hay en nosotros de superpersonal y supertemporal.