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Ningún bombardero enemigo puede alcanzar el Ruhr. Si sólo uno alcanza el Ruhr, no me llamo Göring. Podréis llamarme Meyer.
Hermann Göring
La sentencia de muerte no significa nada para mí; pero mi reputación histórica significa mucho. Por eso me alegro tanto de que fuera Doenitz quien firmara la rendición. No hubiera querido que mi nombre estuviera relacionado con eso en el futuro. Un país nunca piensa nada bueno de los líderes que aceptan la derrota. Y sobre la muerte... no he temido a la muerte desde que tenía doce o catorce años.
El alguacil debería tener mente que está tratando con figuras históricas. Para bien o para mal, somos personalidades históricas... y él no es nadie.
¿Crees que mi penosa vida vale algo para mí? ¡En lo que a mí respecta, tanto me da ser ejecutado, o morir ahogado, o en un accidente de aviación, o beber hasta morir! ¡Pero aún existe el honor en esta vida! ¡Un intento de asesinar a Hitler! ¡Ugh! ¡¡Gott im Himmel!! ¿Y crees que hubiera entregado a Himmler al enemigo, culpable como era? ¡Maldita sea, yo mismo habría liquidado a ese bastardo!
Hitler era nuestro soberano. Hubiera sido intolerable para mí verle ante un tribunal extranjero. Todos ustedes conocieron al Führer. Hubiera sido el primero en levantarse y decir Yo dí las ordenes, y por lo tanto asumo toda responsabilidad. Pero preferiría morir diez veces antes que ver al soberano de Alemania sujeto a tal humillación.
La próxima generación está buscando a sus propios líderes y lucharán para proteger sus propios intereses nacionales. Así que ya pueden coger su moralidad, su arrepentimiento y su democracia, ¡e ir a vendérselas a otro!
No tenemos mantequilla... pero os pregunto, ¿preferiríais tener mantequilla o armas? La preparación nos hace poderosos. La mantequilla simplemente nos hace gordos.
Después de que los Estados Unidos engulleran California y la mitad de México, y nosotros fuéramos reducidos a la nada, la expansión territorial de repente se convierte en un crimen. Ha ocurrido durante siglos, y continuará ocurriendo.
Himmler tenía cerebro, y su nombre era Heydrich.
Los vencedores siempre serán los jueces, y los derrotados los acusados.
¡Cuando oigo la palabra cultura, cojo mi Browning!
Mi mujer puede influirme en muchas cosas, pero en lo que concierne a mi código básico nada puede moverme. Puede hacer lo que quiera en asuntos domésticos, puede hacerme hacer muchas cosas por ello, pero en lo que respecta en las cosas básicas en la vida de un hombre, eso no es asunto de una mujer.
Aparte de mi pueblo, siento una gran simpatía hacia los ingleses. Al fin y al cabo, una cosa está clara: Alemania se alzará con los ingleses o con los rusos; y los rusos parecen tener ventaja. También son muy listos. Fritzche me dice que siguen preguntando por mí. Tal vez estaría mejor en sus manos.
Disparad primero y preguntad después, y, si os equivocáis, yo os protegeré.
Me alegro que no sea una sentencia a cadena perpetua, por que los sentenciados a cadena perpetua no se convierten en mártires.
El único que sabe realmente algo del Reichstag soy yo, ¡porque yo le prendí fuego!
¿Asesinato en masa? Le aseguro que nunca tuve tal idea en mente. Solo pensé que eliminaríamos a los judíos de sus puestos en grandes negocios y en el gobierno, eso es todo. Pero no olviden que los judíos también llevaron a cabo una horrible campaña contra nosotros por todo el mundo.