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Las personas más peligrosas son los ignorantes.
Henry Ward Beecher
Si un hombre no puede ser cristiano en el lugar donde está, no puede ser un cristiano en ningún otro lado.
La doctrina no es otra cosa que la piel de la verdad preparada y rellena.
Un hombre orgulloso rara vez es agradecido, porque piensa que todo se lo merece.
No debemos juzgar a las personas por la cima a la que han llegado, sino por el camino que han hecho para llegar.
La grandeza reside, no en ser fuerte, sino en la buena utilización de la fuerza.
Él es rico o pobre de acuerdo a lo que es, no según lo que tiene.
Sea más responsable de lo que esperan que sea. Nunca se excuse.
Lo peor en este mundo, después de la anarquía, es el gobierno.
Un hombre que no sabe estar enojado no sabe ser bueno.
El niño se alimenta los primeros años del pecho de la madre, pero de su corazón toda la vida.
Hay mucha gente que imagina que el domingo es una esponja que limpia todos los pecados de la semana.
No me gusta esas personas frías y precisas que, a fin de no decir algo malo, no dicen nada y, a fin de no hacer nada malo, no hacen nada.
Una biblioteca no es un lujo, sino una de las necesidades de la vida.
Puedo perdonar, pero no olvidar, es sólo otro forma de decir, 'No puedo perdonar'.
La Filosofía de un siglo es el pensamiento común del siguiente.
Un cristiano no es más que un pecador que se ha puesto a sí mismo en la escuela de Cristo para el honesto propósito de ser mejor.
Cada acto de caridad es un paso más hacia el cielo.
De todas las músicas que conducen al cielo, la de un corazón enamorado es la que llega más rápido.
Las emociones, igual que las olas, no conservan mucho su forma individua.
Usted y yo no vemos las cosas como son. Vemos las cosas como somos.