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A los que amamos, podemos odiarlos. Los otros nos son indiferentes.
Henry David Thoreau
En mi casa tengo tres sillas; una para la soledad, otra para la amistad, y una tercera para la sociedad.
La moral no consiste sólo en ser bueno, sino en ser bueno para cualquier cosa.
Nunca podrá haber un Estado realmente libre e iluminado hasta que no reconozca al individuo como poder superior independiente del que derivan el que a él le cabe y su autoridad, y, en consecuencia, le dé el tratamiento correspondiente.
La bondad es la única inversión que nunca quiebra.
Antes que el amor, que el dinero, que la gloria, dadme la verdad.
El vestido de una mujer nunca está terminado.
Se podría definir el cielo como el lugar que los hombres evitan.
El más rico es aquel cuyos placeres son los más baratos.
Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.
Nuestra vida siempre es malgastada por el detalle... simplificar, simplificar.
He venido a este mundo no para hacer de él ante todo un lugar donde se viva bien, sino para vivir.
Nada es tanto de temer como el temor.
La mayoría de los hombres llevan una vida de absoluta desesperación. Lo que se llama resignación es la desesperación confirmada.
El costo de una cosa es la cantidad de aquello que yo llamo vida, necesaria para adquirirla, ya sea a corto o a largo plazo.
El hombre, más que ningún otro animal, es apto para adaptarse a todos los climas y circunstancias.
Vive cada estación del año conforme transcurre, respira el aire, paladea la fruta y resígnate a las influencias de cada temporada.
El único modo de decir la verdad es hablar siempre con amor.
Hacen falta dos para decir la verdad; uno que hable y otro que escuche.
Lee los buenos libros primero; lo más seguro es que no alcances a leerlos todos.
Si logras mostrarle a una persona lo malo que ella está haciendo, procura hacer entonces lo bueno. La gente cree sólo lo que mira. Deja que vean tus obras buenas.
Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación.
¡Como si se pudiera matar el tiempo sin insultar a la eternidad!
Creo que deberíamos ser hombres primero y ciudadanos después.
Cuán vano es sentarse a escribir cuando aún no te has levantado para vivir.
La ley nunca hará a los hombres libres; son los hombres los que tienen que hacer la ley libre.
Perder el tiempo soñando con la persona que uno quisiera ser es desperdiciar la persona que uno es.
La mayoría de los lujos y muchas de las llamadas comodidades de la vida no sólo no son indispensables, sino que resultan un obstáculo evidente para la elevación espiritual de la humanidad.
El hombre es el artífice de su propia felicidad.
Nunca he encontrado mejor compañía que la soledad.
La mejor ley es la que concede algo a quien puede usarlo.
Hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la naturaleza.
Si la naturaleza es nuestra madre, entonces Dios es nuestro padre.
Mil cortes en las hojas del árbol del mal equivalen a uno en sus raíces.
La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos.
Vida ciudadana: millones de seres viviendo juntos en soledad.
Leed primero los mejores libros, no sea que no tengáis oportunidad de leerlos nunca más.
Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido.
Hay muchos que se van por las ramas, por uno que va directamente a la raíz.
No hay peor olor que el que despide la bondad corrompida.