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No hay poder como el de la oratoria. César controló a hombres avivando sus miedos; Cicerón, cautivando sus afectos y sacudiendo sus pasiones. La influencia del primero pereció con su autor; la del segundo continúa hasta nuestros días.
Henry Clay
De todas las propiedades que pertenecen a los hombres de honor, nada es tan preciada como el carácter.
Los partidos políticos sirven para mantener a cada uno bajo vigilancia permanente del otro.
¡Con qué frecuencia se nos obligó a cargar con fortuna parcialidad hacia el injusto!
Un pueblo oprimido tiene derecho a levantarse y a romper sus cadenas en cuanto pueda.
Las estadísticas no son un sustituto de la sentencia.
Un pueblo oprimido está autorizado, siempre que pueda, a ponerse de pie y romper sus grilletes.
Prefiero ser justo antes que Presidente.
Preferiría tener razón que la presidencia.