Imágenes
La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan.
Henry Becque
Las grandes riquezas se amasan con infamias; las pequeñas, con suciedades.
Admiramos el talento, el valor, la bondad, los deberes extraordinarios, las pruebas supremas; pero sólo guardamos nuestro respeto para la riqueza.
La desgracia de la igualdad consiste en que la pretendemos solamente con los superiores a nosotros.
Nadie comprende a nadie. Carecemos de tiempo para observar a los demás y entender sus actos; no tenemos tiempo más que para hablar mal de ellos.
El diluvio universal fué un fracaso: quedó una familia viva.
La mitad de lo que escribimos es dañosa; la otra mitad es inútil.
Apenas hallamos más que dos satisfacciones en nuestra casa: el de salir y el de entrar.
El defecto de la igualdad es que la queremos sólo con los de arriba.
Fue un fracaso, porque el hombre no sobrevivió.
¡Viva la gente honesta! Son menos sinvergüenzas que otros.
La democracia acaso deba entenderse así: los vicios de unos pocos puestos al alcance de todos.
Solamente encontramos dos placeres en nuestro hogar: el de salir y el de entrar.
Con las mujeres pasa lo que con las fotografías; hay un imbécil que guarda celosamente el cliché, mientras que otros más agudos se reparten las pruebas.
Los hombres se quejan de la injusticia y el abuso hasta que son capaces de ganar fuerza. Una vez que este poder está en sus manos, lo usan si es necesario para la comisión de injusticias y abusos.
¡Vivan las personas honradas! Siempre resultan menos canallas que las otras.