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La inconstancia lo hecha todo a perder, ella no deja que ninguna semilla germine.
Henri-Frédéric Amiel
Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.
Cuida tu reputación, no por vanidad, sino para no dañar tu obra, y por amor a la verdad.
El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos.
Lo inacabado no es nada.
¿Qué cosa es la locura? Es la ilusión elevada a la segunda potencia.
Nada importa el futuro cuando uno está en paz con su conciencia y tiene su espíritu reconciliado y en orden. Sé lo que debes; lo restante, sólo a Dios atañe.
Nada muestra mejor el carácter de cada cual, que su manera de portarse con los necios.
Una manera laboriosa de no ser nada, es serlo todo; de no querer todo; de no querer nada, es quererlo todo.
No esperemos a ser buenos y cordiales. Apresurémonos ya desde ahora a alegrar el corazón de nuestros compañeros durante la corta travesía de la vida.
El único viático útil para el viaje de la vida, es un deber grande y afectos intensos. Aunque, a la verdad, estos afectos llegan a perecer, o cuando menos sus objetos son perecederos. Sólo el deber no cambia.
Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz.
¡Qué difícil es vivir, oh fatigado corazón mío!
La esperanza es solo amor a la vida.
El ideal es la anticipación del orden por el espíritu.
Un error es peligroso en proporción a la cantidad de verdad que contiene.
Para el arte de vivir, los hábitos son más eficaces que las máximas, ya que el hábito es una máxima viviente que se ha hecho instinto y carne. La vida no es más que un tejido de costumbres.
Para ver algo con precisión hay que mirarlo dos veces; para ver su belleza no hay que mirarlo más que una vez.
El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra ruina: rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos y cumplirlos plenamente.
¿Es extraño que la incomprensión juegue un papel tan importante en el mundo cuando se comprueba la enorme dificultad de trazar un retrato fiel de tina persona a la que se viene estudiando desde hace más de veinte años?
Dar la felicidad y hacer el bien, he ahí nuestra ley, nuestra ancla de salvación, nuestro faro, nuestra razón de ser.
Del Catolicismo, igual que del Epicureísmo, no es posible zafarse jamás.
En la vida casi todo proviene de casi nada.
Una burbuja de aire en la sangre, una gota de agua en el cerebro, bastan para que el hombre se desquicie.
La verdadera humildad consiste en estar satisfecho.
El interés por uno mismo no es más que la supervivencia del animal en nosotros. La humanidad comienza para el hombre con la auto rendición.
Cuanto más se ama más se sufre.
La duda en el amor acaba por hacer dudar de todo.
La acción es sólo el pensamiento condensado, concreto ya, oscuro, inconsciente.
El deber es ser útil, no como se desee, sino como se pueda.
Vale más perderse que salvarse solo. Querer tener razón, sin querer al mismo tiempo compartirla con otros, es un crimen contra toda su especie.
Es peligroso abandonarse a una excesiva aflicción; ésta suprime totalmente el valor en nosotros y aun todo deseo de remedio.
Lo que gobierna a los hombres es el miedo a la verdad.