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Para que le arrojen a uno de todos los partidos, basta con ser imparcial.
Henri Bordeaux
En la justicia siempre hay peligro: o por parte de la ley, o por parte de los jueces.
La política es la historia que se está haciendo, o que se está deshaciendo.
A lo largo de la juventud pensamos amar, pero sólo cuando hemos envejecido en compañía de otro conocemos la fuerza del amor.
Nuestras más importantes resoluciones empiezan frecuentemente a fijarse por el modo de solventar las pequeñas dificultades de orden material que se nos presentan y que requieren de nosotros una solución inmediata.
No es la felicidad lo que pedimos al amor, sino el poder de perfeccionarnos interiormente, perfeccionamiento que es la mayor riqueza de esta vida.
Toda vida supone una disyuntiva: adaptarse a las obligaciones que las circunstancias le crean a cada cual, o bien rehuirlas, burlarlas; subordinar la fuerza individual a la de la tradición, a su raza, a sus obras, a su tierra, o bien tratar de utilizarla como una fuente de su libre y personal goce.
Es una grave falta el tratar con poco tacto aquella edad a quien las audacias están permitidas. Más tarde será imposible regularlas. La juventud que más motivos da para inquietar es aquella que no tiene ideas extremistas.