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Un soldado que comienza a pensar casi ha dejado de serlo.
Heinrich Böll
Los católicos me ponen nervioso, dije, porque juegan sucio.¿Y los protestantes?, preguntó riendo. Me irritan con su manoseo de las conciencias. ¿Y los ateos? Seguía riéndose. Me aburren porque siempre hablan de Dios.
No es ningún arte ser un hombre sincero, cuando se tiene diariamente sopa que tomar a cucharadas.
Una família sin una oveja negra no es una familia típica.
En los rostros de aquellos que conocimos de jóvenes reconocemos lo viejos que nos hemos vuelto.
Comer y beber mantienen el alma y el cuerpo juntos.
La amabilidad es la forma más segura del desdén.
Ser adulto significa olvidar lo desconsolados que nos hemos sentido con frecuencia de niños.
Uno tiene que ir muy lejos, para saber hasta dónde se puede ir.
Tiendo más, por naturaleza, al ocio y a la meditación que al trabajo, pero de cuando en cuando, los problemas económicos me obligan -pues la meditación proporciona tan pocos ingresos como el ocio- a aceptar lo que se llama un empleo.
La izquierda tiene su ala derecha, la derecha su ala izquierda. oigo murmullo de alas, pero se que ningún pájaro se elevará por los aires.
Está visto que la integridad, unida a la inteligencia metódica, no se desea en ninguna parte, ni siquiera en las prisiones o la administración.
Me divierten los locos: nunca están hablando de las imperfecciones.
Me aburren los ateos: siempre están hablando de Dios.
La cortesía es en realidad la forma más eficaz de desprecio.
Quizá me estaba dando cuenta de lo que significaba el mundo laboral: hacer cosas sin tener el deseo de hacerlas.