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Lo que constituye la fuerza de una obra es el empalme, como se dice vulgarmente, es decir, una larga energía que corre de un extremo a otro y que no flaquea.
Gustave Flaubert
Del mismo modo en que solemos mirar un reloj parado como si aúm andase, también le miramos la cara a una mujer bella como si aún nos amase.
Una especie de rigidez monacal destacaba la expresión de su semblante. Nada triste o tierno ablandaba aquella mirada pálida. En el trato con los animales, había adquirido su mutismo y su placidez.
Cuando uno quiere realizar una obra artística, es preciso que se eleve por encima de los elogios y de las críticas. Cuando se tiene delante un ideal claro y preciso, hay que empeñarse en dirigirse hacia él en línea recta, sin distraerse con lo que encuentra en el camino.
No hay que pedir naranjas a los manzanos, ni amor a la mujer, ni felicidad a la vida.
Si la sociedad sigue a este paso creo que veremos místicos otra vez, como los hubo en todas las épocas oscuras. Y la humanidad, como la tribu judía en el desierto, se pondrá a adorar a toda suerte de ídolos.
Máscara. Brinda un aire divertido.
Te costaría creer lo mucho que hablamos del futuro de la sociedad. En mi opinión, es casi seguro que, en un lapso de tiempo más o menos grande, será regida como un colegio. Los vigilantes legislarán. Todo el mundo irá de uniforme. La humanidad dejará de emplear barbarismos en sus temas insípidos; pero, ¡qué estilo más jodido veremos! ¡Qué ausencia de gracia, de ritmo y de vuelo!
Se dejaba ir en el balanceo de las melodías y se sentía vibrar de pies a cabeza, como si los arcos de los violines se pasearan por sus nervios.
León repuso con viveza que casi nadie es capaz de comprender a los seres que tienden hacia un ideal.
Todo volvía a la rutina; los amos maltrataban a los criados, y éstos golpeaban a los animales.
Maquiavelo. Tratarlo de alevoso sin haberlo leído.
No lean, como hacen los niños, para divertirse o, como los ambiciosos, para instruirse. No, lean para vivir.
Ilusiones. Presumir de tener muchas, lamentar que se las ha perdido.
Ideal. Inútil por completo.
A veces, cuando descubro que no he escrito una sola frase después de haber borroneado páginas enteras, me desplomo en mi sillón y allí me quedo, mareado, hundido en un pantano de desesperación, odiándome y culpándome por este orgullo demente que me hace encapricharme por una quimera. Un cuarto de hora después todo ha cambiado; el corazón me da saltos de alegría.
La fraternidad es una de las más bellas invenciones de la hipocresía social.
¡Qué diablos!, el deber, es sentir lo que es grande, amar lo que es bello, y no aceptar todos los convencionalismos de la sociedad, con las ignominias que ella nos impone.
La mujer es una hechura del hombre. Dios creo la hembra, y aquél la mujer: ésta es el resultado de la civilización, una obra artificiosa.
¿No tenían otra cosa qué decirse? Sus ojos, sin embargo, estaban llenos de una conversación más seria; y, mientras se esforzaban en encontrar frases banales, se sentían invadidos por una misma languidez; era como un murmullo del alma, profundo, continuo, que dominaba el de las voces.
Al llegar a viejos, las costumbres se vuelven tiranías.
También Emma hubiese querido, huyendo de la vida, evaporarse en un abrazo.
Un amigo que muere, es algo de usted que muere.
Quien no dice mal de las mujeres, ciertamente no las ama: porque la manera más profunda de sentir alguna cosa está en sufrirla.
El autor debe estar en su obra como Dios en el universo: presente en todas partes, pero en ninguna visible.
Es la hora en que me quedo solo y, mientras los demás duermen, abro el cajón donde guardo mis tesoros. Contemplo tus zapatillas, el pañuelo, tus cabellos, el retrato, releo tus cartas y aspiro tu perfume almizclado. ¡Si supieras lo que siento!
La palabra es como un rodillo laminador que alarga siempre los sentimientos.
Cuando se mira a la verdad de perfil o de soslayo, se la ve mal siempre. Hay muy pocos que sepan contemplarla cara a cara.
La vida debe ser una constante educación.
He llegado a la firme convicción de que la vanidad es el fundamento de todo, y finalmente, que lo que llamamos conciencia no es sino la vanidad interna.
Las mujeres, que han amado tanto, no conocen el amor, por haber estado demasiado ocupadas con él; no tienen un apetito desinteresado por lo Bello.
Me dedico al arte porque me divierte, pero no tengo fe en lo bello.
Ella no le confesó que había estado enamorada de otro, ni él le dijo que había llegado a olvidarla.
Corre por el mundo una conjura general y permanente contra dos cosas, a saber, la poesía y la libertad. La gente de buen gusto se encarga de exterminar a la primera, y la gente de orden de perseguir a la segunda.
Las dichas futuras, como las playas de los trópicos, proyectan sobre la inmensidad que les precede sus suavidades natales, una brisa perfumada, y uno se adormece en aquella embriaguez sin ni siquiera preocuparse del horizonte que no se vislumbra.
La dependencia voluntaria es el mas bello de los estados, y ¡como seria posible sin amor!
Para aguantar todo lo que precisas, ángel mío, hazte una coraza secreta compuesta de poesía y orgullo.
¡Hay tantas maneras de leer, y hace falta tanto talento para leer bien!.
He vivido fuera de todo movimiento, de toda acción, sin hacer nada por la gloria, el placer, la ciencia o el dinero.
En cuanto al recuerdo de Rodolphe, había descendido a lo más recóndito de su corazón, y allí permanecía, inmóvil y solemne, como momia regia en su subterráneo. De aquel gran amor embalsamado se escapaba un efluvio que, atravesándolo todo, aromaba con su ternura el inmaculado ambiente en que quería vivir.