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Nadie más muerto que el olvidado.
Gregorio Marañón
El liberal español unía al defecto común a todos los liberales del mundo, a saber, una ceguera de colores que sólo le permitía ver el antiliberalismo negro, pero no el rojo: la vieja tradición anticlerical.
La pasión femenina es una selva oscura nunca explorada del todo, selva hecha a la vez de desinterés infinito y de ímpetu celoso de la posesión exclusiva.
La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo. Cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece inexplicable. Pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio.
La verdadera grandeza de la ciencia acaba valorándose por su utilidad.
No hay enfermedades sino enfermos.
Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre.
En el lenguaje científico la claridad es la única estética permitida.
El progreso de los hombres es siempre aspiración a la universalidad.
Es más fácil morir por una idea, y aún añadiría que menos heroico, que tratar de comprender las ideas de los demás.
Los celos son siempre el instrumento certero que destruye la libertad interior y elimina en la compañía toda la felicidad posible.
Lo peor del pícaro es que las picardías que inventa son jocosas, caen simpáticas y parecen perdonables.
Toda su vida fue un viaje doloroso, inacabable y sin ojeto alrededor de su sexo.
Mi respeto y mi amor por la verdad me obligan a reconocer que la República española ha sido un fracaso trágico.
El progreso de la humanidad, en lo que atañe al problema sexual, se ha de basar en una diferenciación cada vez más neta de los sexos. Estamos en una etapa retrasada de esta diferenciación.
La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual.
En medio del clamor de los aplausos, el hombre inteligente cerrará los ojos, y con la mente pedirá a los que le aclaman: ¡Perdón por haber vencido!
No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy.
La dictadura no se evita declamando contra ella, sino haciéndola innecesaria con nuestra rigurosa disciplina del deber.
¡Qué gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez. Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado?. Y aun es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos.
No hay nada bueno de lo que no se pueda abusar.
El enamoramiento es el peor consejero del matrimonio.
La vida es nueva cada día.
La verdad no está sólo detrás del experimento, sino también detrás de la simple y fecunda observación.
Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición.
En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas.
Ninguna actividad sistematizada y repetida influye en la psicología y luego en la vida entera tan hondamente como la rutina de enseñar.
La especie más temible de los vanidosos es la de los que tienen, en efecto, motivos para su vanidad.
El afán de acumular derechos ha socavado y sofocado el sentido del deber.
La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa.
La semilla de la verdad puede tardar en florecer; pero al final florece, pase lo que pase.
Si la pena no muere, se la mata.
A veces rechazar un honor no es humildad, sino explícita soberbia, afán de superar a los que antes los aceptaron. Pocas veces asoma con tanta nitidez a la superficie la violencia del subconsciente.
Aunque en el lado rojo no hubiera un solo soldado ni un solo fusil moscovitas, sería igual: la España roja es espiritualmente comunista rusa. En el lado nacional, aunque hubiera millones de italianos y alemanes, el espíritu de la gente es, con sus virtudes y sus defectos, infinitamente español, más español que nunca.
El hombre ha de ser esclavo de la acción si quiere vivir.
El creerse protegido de Dios corroe y destruye la tensión para el esfuerzo.
La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar a España. El movimiento comunista de Asturias fracasó por puro milagro. Pero dos años después tuvo su segundo y formidable intento.
La busca de la soledad es una tendencia de nuestro tiempo; antes, y desde su aparición sobre la tierra, el hombre sólo ha buscado no estar solo.
El escudo con el que yo soñaría: El fin no justifica los medios.
Casi siempre que un matrimonio se lleva bien, es porque uno de los esposos manda y el otro obedece.