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Contra la bella, la inteligencia y el éxito, se puede librar una guerra despiadada, pero no contra el poco atractivo.
Graham Greene
Espiar es una profesión extraña.
Debe ser reconfortante para un soldado saber que a ambos lados las atrocidades son las mismas: nadie está nunca solo.
El peligro es el gran remedio para el aburrimiento.
Nadie puede sorportar que no lo perdonen. Ése es un privilegio de Dios.
Nuestros peores enemigos aquí no son los ignorantes y los sencillos, aunque crueles; nuestros peores enemigos son los inteligentes y los corruptos.
Una historia no tiene principio ni fin: uno elige arbitrariamente ese momento desde el que mirar hacia atrás o desde el que mirar hacia adelante.
La señora se arrodillara, diciendo su Ave María; Ella no cree, pero entre los católicos, incluso los escépticos son corteses.
Hay siempre en nuestra infancia un momento en que la puerta se abre y deja entrar el futuro.
El amor no se termina por el solo hecho de que no nos veamos.
Nadie sabe cuánto puede durar un segundo de sufrir.
Una pasión tiene que tener algo de clandestino, algo de transgresor y algo perverso.
Creer que porque sus ojos no expresan nada, un ser no sufre, es un error fácil de cometer.
El amateur tiene una ventaja sobre el profesional: puede bandonar la prudencia. Puede revelar verdades inútiles y emitir teorías extravagantes.
Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.
La gente habla de la mayoría de edad. Eso no existe. Cuando uno tiene un hijo, está condenado a ser padre durante toda la vida. Son los hijos los que se apartan de uno. Pero los padres no podemos apartarnos de ellos.
Si conociéramos el último porqué de las cosas, tendríamos compasión hasta de las estrellas.
No puede uno confiarse a sus superiores cuando ha triunfado donde ellos fracasaron.
Quienes comparten nuestra niñez, nunca parecen crecer.
Tal vez si quisiera ser comprendido o comprender podría engatusarme a mí mismo con la fe, pero soy un reportero y Dios existe sólo para los editorialistas.
El odio no es más que carencia de la imaginación.
El fracaso es también una forma de muerte.
La humanidad avanza gracias no solo a los potentes empujones de sus grandes hombres, sino también a los modestos impulsos de cada hombre responsable.
Los principios están hechos para ser violados. Ser humano es también un deber.
La escritura es una forma de terapia, a veces me pregunto cómo hacen todos los que no escriben, componen o pintan para escapar de la locura, melancolía, el pánico y el miedo que es inherente a las situaciones humanas.
Amar es ver cómo otro nos ve, es estar enamorado de la propia imagen deformada y sublimada.
Nuestra pasión es rozar el borde vertiginoso de las cosas. Sigue siendo lo que ha sido siempre: el límite estricto entre lealtad y deslealtad, fidelidad e infidelidad, las contradicciones del alma.
Nunca he creído en el infierno. Dicen que Dios es piedad, luego el infierno es contradictorio.
El que exige jugar con las cartas boca arriba, tiene todos los triunfos en la mano.
Medios de comunicación es sólo una palabra que ha venido a significar mal periodismo.
El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños.
Las personas reales están repletas de seres imaginarios.
¿Cómo se puede servir a Dios en un mundoinmoral?
Pienso que la Navidad es una fiesta necesaria; necesitamos un aniversario durante el cual podamos lamentar todas las imperfecciones de nuestras relaciones humanas. Es la fiesta del fracaso, triste pero consoladora.
La alegría es tributaria del sufrimiento. El sufrimiento es parte esencial de la alegría. Cuando tenemos hambre ¡qué bueno nos parece el alimento!
Un asesino es considerado por el mundo convencional como algo casi monstruoso, pero un asesino a sí mismo es sólo un hombre ordinario... Es sólo cuando el asesino es un buen hombre que puede ser considerado como monstruoso.
La mayoría de las personas prefieren confesar los pecados de los demás.
Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte.
Todo niño viene al mundo con cierto sentido del amor, pero depende de los padres, de los amigos, que este amor salve o condene.
Todos estamos resignados a la muerte: es la vida la que no se resigna.