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El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
Goethe
Al fin y a la postre el hombre no debe contar sino consigo mismo.
De vez en cuando me encuentro con un joven en el que no desearia ver nada cambiado ni mejorado; sólo me preocupa que haya tantos perfectamente dispuestos a nadar con la corriente de su época...
El que sabe aprovechar la ocasión, ése es el hombre oportuno.
Los cementerios están llenos de hombres imprescindibles.
Una pasión verdadera transforma de pronto al adolescente en hombre.
¿Qué me importa el placer? Cual un sueño se desvanecen los cálidos besos, y todas las alegrías cual un beso.
El que no comió nunca su pan mojado en sus propias lágrimas, ni permaneció sentado en su lecho una noche llena de angustias, no puede conoceros, potencias Celestiales.
¿Qué es el hombre, ése semidios ensalzado? ¿No le falta la fuerza cuando más la necesita? Y cuando abre las alas en el cielo de los placeres, lo mismo que cuando se sumerge en la desesperación, ¿no se ve siempre detenido y condenado a convencerse de que es débil y pequeño, él, que esperaba perderse en el infinito?
La mejor lección es la que nos enseña a dominarnos.
¡También las reglas destruyen el verdadero sentimiento de la naturaleza y la auténtica expresión!
Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.
Cuanto hacemos tiene consecuencias. Pero no siempre lo justo y razonable produce consecuencias felices, ni lo absurdo consecuencias desfavorables, sino que a menudo acontece lo contrario.
No es posible que la razón llegue a ser popular.
Nunca cruza por la mente de los necios la manera de como están encadenados el mérito y la fortuna; si ellos poseyeran la piedra filosofal no la tendrían los sabios.
El orgullo más barato es el orgullo nacional, que delata en quien la siente la ausencia de cualidades individuales de las que pudiera enorgullecerse.
No basta con saber, también hay que aplicar. No basta con querer, también hay que actuar.
Es gran virtud del hombre sereno oír todo lo que censuran contra él, para corregir lo que sea verdad y no alterarse por lo que sea mentira.
La conformidad del interlocutor nos deja indiferentes. La contradicción nos hace productivos y eficaces.
El Arte es el medio más seguro de aislarse del mundo así como de penetrar en él.
Había una rata en la despensa que sólo comía grasa y mantequilla, tenía una panza tan lustrosa como la tuvo el buen Doctor Lutero. Mas la cocinera le puso veneno y la vida se le hizo tan angustiosa como si en el pecho abrigara el amor.
Cuando oigo hablar de ideas liberales siempre me asombra ver como los hombres se entretienen tan a gusto con palabras hueras: ¡una idea no puede ser liberal! Deberá ser vigorosa, excelente y perfecta en sí misma para que cumpla con la divina misión de ser productiva. Menos aún podrá ser liberal un concepto, pues tiene una tarea totalmente distinta.
La afición de los alemanes por lo impreciso en las artes proviene de su proclividad a la chapucería; pues quien hace chapuzas no puede aprobar el esmero, ya que si no él mismo no sería nada.
Vivir en el corazón de aquellos que hemos dejado es no morir.
No conseguirás conmover otros corazones si del corazón nada te sale.
Pensar y obrar, obrar y pensar es la suma de toda sabiduría.
La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.
La conducta es un espejo en el que cada cual muestra su propia imagen.
Cerrad vuestros corazones con más cuidado que vuestras puertas.
Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.
Yo amo a aquel que desea lo imposible.
Bueno es en verdad adquirir, pero es mucho mejor conservar.
Le diría al instante. ¡Permanece, eres tan hermoso!
El aire hace el águila.
No hablaríamos tanto en sociedad, si nos diéramos cuenta, del poco caso que hacen los demás de lo que decimos.
Es la creencia en la Biblia, el fruto de profunda meditación, lo que me ha servido de guía de mi vida moral y literaria... Ha sido para mí un capital invertido con seguridad, y que me ha producido abundante interés.
"Divide y manda", ¡sabio consejo! "Une y guía" ¡otro lema mucho mejor!
¿Quién es un hombre inútil? El que no sabe mandar ni obedecer.
No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosostros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nostros.
Sobre las rosas se puede filosofar, tratándose de patatas hay que comer.