Imágenes
Dos almas jay! habitan en mí: la una quiere separarse de la otra; ésta, en el impetuoso goce del amor, se abraza con fuertes abrazos a este mundo; aquélla se levanta del polvo hacia una esfera de altos sentimientos.
Goethe
Ésta es la última conclusión de la sabiduría: la libertad y la vida se merecen si se las conquista todos los días.
¡Ay de la mentira! Ella no deja libre al espíritu como la palabra pronunciada con entera sinceridad.
¿Por qué aquel tiempo, cuyo recuerdo me mata, era para mí tan dichoso? Porque entonces yo esperaba, confiado en que el cielo no me olvidaría, y recogía las delicias con que me embriagaba un corazón lleno de reconocimiento.
La claridad consiste en una acertada distribución de luz y sombra.
El hombre de acción es sin conciencia, sólo hay conciencia en el contemplativo.
La necesidad es la mejor consejera.
La sabiduría se halla sólo en la verdad.
Quisiera que vieses la cara estúpida que pongo cuando la gente habla de Carlota, y, sobre todo cuando me preguntan si me gusta. ¡Gustarme! Odio de muerte esta palabra. ¿Qué hombre habrá a quien no le guste, a quien no le robe el pensamiento, todo el corazón?... ¡Gustar!
El que estira sus pies más de lo que da de sí la manta, deja sus pies al aire.
Todo el mundo puede conocer cuándo me equivoco, pero no cuándo miento.
Una verdad insuficiente resulta eficaz por una temporada, pero luego, en vez de una elucidación completa, se presenta de pronto algún error deslumbrante. Este le basta al mundo, y el engaño se mantiene así durante siglos.
Un talento se forma en la calma; un carácter, en el torrente del mundo.
Entre todos los pueblos, fueron los griegos quienes más bellamente soñaron el sueño de la vida.
Sólo pueden ser dichosas las almas enamoradas.