Imágenes
Ahora bien, lo que han establecido los hombres no siempre es apropiado, ya sea justo o injusto; en cambio, lo que establecieron los dioses está siempre en su lugar, sea justo o injusto.
Goethe
Amor mío, ¿quién osaría decir: Creo en Dios? Puedes preguntar a sacerdotes y sabios, y su respuesta no parecerá sino una burla dirigida al preguntador.
Los pecados escriben la historia, el bien es silencioso.
Los sufrimientos serían menores entre los humanos si éstos dedicasen su fantasía con menos ahínco en evocar el recuerdo de males pretéritos, antes que en hacer soportable un presente anodino.
¡Quién sabe dónde vamos, si casi no nos acordamos de dónde venimos!.
Como es un hombre, así es su dios; por esta razón fue Dios frecuentemente objeto de mofa.
Él escribir es un ocio muy trabajoso.
Sin prisa, pero sin descanso.
Los ingleses nos cubrirán de vergüenza con su puro sentido común y su buena voluntad; los franceses, con su ingeniosa perspicacia y su sentido práctico.
Un partido nunca tiene razón absoluta precisamente por ser un partido.
Un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos artificiales con el sol, la luna y las estrellas, para recuperar a su amada.
Al amar o alabar a un niño, no alabamos y amamos lo que es sino lo que esperamos que sea.
Las personas deben hablar menos y dibujar más. Personalmente, me gustaría renunciar por completo del habla y, al igual que la naturaleza orgánica, comunicar todo lo que tengo que decir visualmente.
A bien con las mujeres, y a puñetazos con los hombres, y con más crédito que capital; así va el hombre por el mundo.
Al envejecer, el hombre construye su rostro y la mujer lo destruye.
Ciertos libros parecen haber sido escritos no para aprender de ellos si no para que se reconozca lo que sabía su autor.
¡Oh, sí, mujer angélical...! ¡Quiero vivir... vivir para tí!
Escribir la historia es una forma de quitarse de encima el pasado.
¡Sea un puro soplo de tu poema!
Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, es un suicida en pie. La libertad, como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días.
No basta saber, sino también aplicar el saber; no basta querer, es preciso obrar.
La mujer es la única vasija que aún nos queda donde verter nuestro idealismo.
Pensar es fácil; actuar, difícil; transformar los pensamientos en actos es lo más difícil.
Guárdate de lo que anhelas en tu juventud porque lo obtendrás en la madurez.
Cuanta más importancia concedamos al entorno, más débil será nuestro sentimiento de valía y nuestro apego a lo social. Los hombres menos sociables y amables son los que más valor otorgan a sus jardines, monumentos, vestidos, joyas o cualquier otra posesión.
Sólo es digno de libertad aquel que sabe conquistarla cada día.
Puede uno vivir todo lo retraído que quiera; pero al menor descuido se hallará convertido en deudor o en acreedor.
Es por consiguiente, lo mejor tener el mayor conocimiento posible de los objetos al observarlos, y de nosotros mismos al reflexionar sobre ellos.
El que quiere librarse de un mal sabe siempre lo que quiere; el que desea algo mejor de lo que tiene, ese está completamente ciego.
Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo.
Un anciano es siempre un rey Lear.
Soledad, sólo tú no me has envilecido.
Al entrar en sociedad deben cogerse las llaves del corazón y meterlas en el bolsillo; los que las dejan en su sitio son estúpidos.
Apenas se habla y ya se está uno equivocando.
... algunos casquivanos o majaderos se divierten y complacen en fingir familiaridad con el vulgo para hacerle sentir después su desprecio de manera asertiva.
Un libro de genio no puede tener fin.
Vivimos en medio de fenómenos deducidos y no tenemos la menor idea de cómo acceder a la cuestión primordial.
El niño es realista; el muchacho, idealista; el hombre, escéptico, y el viejo, místico.
La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad.
No hay espectáculo más terrible que la ignorancia en acción.