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Se tiende a poner palabras allí donde faltan las ideas.
Goethe
El que habla largamente, quitando la palabra a los demás y haciendo caso omiso a toda galantería, excita la oposición de los oyentes.
Solamente estará contento aquel que puede dar algo.
Obrar es fácil, pensar es difícil; pero obrar según se piensa, es aún más difícil.
Cada momento es único.
Quien al vulgo le exige deberes sin avenirse a concederle derechos, lo habrá de pagar caro.
Bien sé que no somos iguales ni podemos serlo; pero, en mi opinión, el que cree preciso vivir alejado de lo que se llama pueblo para que éste le respete, es tan despreciable como el mandria que se oculta de sus enemigos por temor de que le venzan.
¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos.
Para un hombre inteligente no hay locura pequeña.
Lo que puedas hacer, o sueñes que puedes hacer, empiézalo.
Un recuerdo de amor se parece al amor, es también una dicha.
En las cumbres se halla la paz.
Nadie sabe lo que hace mientras actúa correctamente, pero de lo que está mal uno siempre es consciente.
La maldad no necesita razones, le basta con un pretexto.
Los hombres de carácter suelen convertir en ley las flaquezas. Hay gente con conocimiento del mundo que ha dicho: La sagacidad tras la que se oculta el miedo resulta invencible. Los hombres débiles tienen a menudo ideas revolucionarias; piensan que estarían bien si nadie los gobernase, y no sienten que son incapaces de gobernarse a sí mismos y a los demás.
Bien mirada, toda filosofía no es sino sentido común en lenguaje oscuro.
La inteligencia y el buen sentido se abren camino sin necesidad de artificios.
Quien produce con alegría y se alegra de lo producido es feliz.
El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella.
Si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud puede que conociéramos mejor las cosas.
Para conocer a la gente hay que ir a su casa.
Ya sé que no somos ni podemos ser iguales, pero opino que quien juzga imprescindible distanciarse del así llamado populacho para mantener su respeto, es tan reprobable como el cobarde que se esconde del enemigo por temor a sucumbir.
¡Alma del hombre, cómo te asemejas al agua! ¡Alma del hombre, cómo te asemejas al viento!
La caza es siempre una forma de guerra.
La naturaleza está siempre en acción y maldice toda negligencia.
Nada lastima más a los laureles que dormirse en ellos.
Sobre todas las cumbres reina la paz. En toda la enramada apenas sentirás un hálito leve. No turban las aves del bosque la quietud. Espera, muy en breve tendrás paz también tú...
Todo lo que sucede es sólo una parábola.
Haz en tus cosas solamente lo justo: el resto se hará por sí solo.
Nada hay más terrible que una ignorancia activa.
Cuando el corazón es bueno, todo puede corregirse.
El que se retira a la soledad, muy pronto ¡ay! se encuentra solo. Todos los demás viven, aman y lo dejan entregado a sus sufrimientos.
En toda cumbre hay tranquilidad.
Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa está peor que muerto.
Si nos encontramos a alguien que nos debe agradecimiento, enseguida lo recordarnos. ¡Cuántas veces nos encontramos con alguien al que debemos agradecimiento y no pensamos en ello.
No se pueden moldear los hijos conforme a las ideas de los padres. Hay que tomarlos como Dios los da, amarlos y educarlos lo mejor posible, sin torcer su inclinación.
Los hombres ricos en lágrimas son buenos. Apartaos de todo aquel que tenga seco el corazón y secos los ojos.
Arriesgarse atrevidamente; es ya ganar, ya mi obra está medio terminada. Las estrellas brillan para mí como soles; sólo para el perezoso es de noche.
Nada contribuye más al hastío de la vida que un segundo amor.