Imágenes
El tiempo todo lo da y todo lo quita; todo cambia pero nada perece.
Giordano Bruno
...¿con qué fin pensaís que pintan en su escudo las bestias cuando las acompañan con su retrato, con su estatua?
Sofía.- Todo ello muestra con claridad que el esplendor, la excelencia y el poder consiste en los cuernos porque son cosas de héroes, bestias y dioses.
El invicto Hércules, mi hijo laborioso, que con los despojos del león y su maza parece que defienda las veintiocho estrellas que se ha ganado con más acciones heroicas que ningún otro haya hecho jamás,...
El conocimiento universal es distinto del particular, como lo finito de lo infinito.
Si en los cuerpos, en la materia y en el ente no hubiera mutación, variedad y alternancia vicisitudinal nada sería apropiado, nada bueno, nada deleitable.
Bien sabemos por experiencia que el mundo es justamente como un corcel brioso que se da perfecta cuenta de cuando lo monta alguien que no lo puede manejar con firmeza y entonces lo desdeña y trata de quitárselo de encima y una vez que lo ha tirado a tierra se pone a pegarle coces.
El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquelllo. Así, pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor.
No es verdadera ni buena aquella ley que no tiene por madre a la Sabiduría y por padre al intelectoracional.
... si mientras se dicen ministros de uno que resucita muertos y sana enfermos, son ellos quienes (peores que todos los otros a quienes nutre la tierra) estropean a los sanos y matan a los vivos, no tanto con el fuego y con el hierro como con su perniciosa lengua.
Por eso se ve también allí a la madre, sentada en un tronco y adornada con otras trece estrellas en los confines del círculo ártico.
La prudencia debe estar al lado de la Verdad, porque ésta no debe ejercerse, moverse y actuar sin aquélla y porque la una sin la compañía de la otra no es posible que jamás progrese o se vea honrada.
La naturaleza no es otra cosa que Dios en las cosas... Animales y plantas son efectos vivientes de la naturaleza; de ahí que todo lo que es Dios están en todas las cosas... Piensa por ende, en el sol sobre el azafrán, en el narciso, en el heliotropo, en el gallo, en el león.
En cada hombre, en cada individuo, se contempla un mundo, un universo.
...; si hay o no creación y producción de la nada;...
No juzgue el árbol por las bellas hojas, sino por los buenos frutos.
De donde nuestra ligereza nos ha hundido, es preciso que de allí nos eleve la gravedad.
La nave Argo, donde están clavadas cuarenta y cinco resplandecientes estrellas en el vasto espacio cercano al círculo Antártico, ¿está allí con otro fin que el de eternizar la memoria del gran error cometido por la sabia Minerva cuando con ella creó a los primeros piratas a fin de que el mar tuviera, no menos que la tierra, sus solícitos depredadores?
Las cosas más grandes y más importantes no existen sin las más pequeñas e insignificantes.
... se deroguen los cultos, religiones, sacrificios y leyes inhumanas,...
A la estancia de Triptolemo sube la humanidad con su familia: Consejo, Ayuda, Clemencia, Favor, Sufragio, Socorro, Salvamento, Consuelo,...
Alce la cabeza y vea si por el aire vuelan ahora las perniciosísimas estinfálides, quiero decir, si vuelan aquellas harpías que a veces solían nublar el aire e impedir la visión de los astros luminosos.
..., donde no se juzgue suma sabiduría al creer sin discreción, donde las imposturas de los hombres se distinguen de los consejos divinos, donde no se juzga acto de religión y piedad sobrehumana el pervertir la ley natural,...
Dispogámonos, digo, primeramente en el cielo intelectual que está dentro de nosotros y luego en este otro sensible que se presenta corporalmente a nuestros ojos.
De allí donde Cefeo hace esgrima en solitario cae el Sofisma, la Ignorancia de prava disposición, la necia Fe con sus siervas, ministras y acompañantes.
... que no juzgue el árbol por las bellas hojas, sino por los buenos frutos y los que no los producen que se les arranque y dejen el sitio a otros que rindan.
Júpiter ha puesto en manos del juicio la espada y la corona:...
Ese León que en el corazón porta el basilisco y que ocupa el espacio de treinta y cinco estrellas, ¿que hace junto al Cangrejo?
Lentas, digo, graves y sopesadas deben ser las resoluciones; maduro, secreto y cauto debe ser el consejo, pero la ejecución debe ser alada, veloz y rápida.
No hay muerte, pero tampoco permanencia de las individualidades numéricas. Sólo permanece la sustancia única (la materia-alma universal) mutándose en nuevas individualidades.
Allí donde se retuerce y se curva el Dragón, por ser una sede cercana a la Verdad, se coloca la Prudencia con sus damiselas Dialéctica y Metafísica; a su alrededor se hallan a la derecha la Astucia, Disimulo y Malicia y a la izquierda la Estupidez, la la Inercia, la Imprudencia.
No debe ser aceptada ninguna ley que no tenga por finalidad la convivencia humana.
Lo último corrompido ¿no es el principio de lo engendrado?
Sofía.- El cerdo no quiere morir por miedo a no ser cerdo, al caballo le asusta sobre todo el dejar de ser caballo.
No hay causa básica para todos los efectos.
... la composición se disuelve, la complexión se cambia, la figura se muda, el ser se altera, la fortuna varía, permaneciendo siempre los elementos lo que son en sustancia y perseverando el principio material único (que es la verdadera sustancia de las cosas, eterna, ingenerable, incorruptible) en aquello mismo que fue siempre.
Todos aquellos que tienen juicio natural juzgan que las leyes son buenas porque tienen por finalidad la conducta y comparativamente son mejores aquellas que dan más ocasión para una mejor conducta, porque de las leyes todas unas han sido dadas por nosotros, otras ideadas por los hombres, sobre todo para mayor comodidad de la vida humana.
Saulino.-... ¿Vanidad, vanidad, todo es vanidad?
Pues bien, no es posible dar un principado a todos, no es posible que todos tengan la misma suerte, pero sí es posible que a todos se les ofrezca por igual.
El estado de ardor venéreo nos atormenta, el de deseo satisfecho nos entristece, más lo que nos contenta es el tránsito de un estado al otro.