Imágenes
Así te quiero, en límites pequeños, aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa, y tu unidad después, luz de mis sueños.
Gerardo Diego
La guitarra es un pozo con viento en vez de agua.
Descansa, duérmete, sueña, no tengas miedo del mundo, que yo te velo.
Dentro, en tus ojos, donde calla y duerme un palpitar de acuario submarino, quisiera, licor tenue al difumino, hundirme, decantarme, adormecerme.
Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que las estrellas ya no alumbran nada.
Nada hay como un suspiro intercalado y entre suspiro y suspiro la melodía ininterrumpida.
Levanta hacia mí tus ojos, tus ojos lentos, y ciérralos poco a poco conmigo dentro.
Como un guante famélico el día se me escapa de los dedos.
Mi poesía y las manzanas hacen la atmósfera más fina.
Dibujada llevo en mi sangre y mi cuerpo cuerpo y sangre de mi patria.
¿Quién ha entrado en el portal, en el portal de Belén, no por la puerta y el techo ni el aire del aire, quién?. Flor sobre impacto capullo, rocío sobre la flor. Nadie sabe cómo vino mi Niño, mi amor.
¿Quién ha entrado en el portal por el techo abierto y roto? ¿Quién ha entrado que así suena celeste alboroto? Una escala de oro y música, sostenidos y bemoles y ángeles con panderetas dorremifasoles.
Mis pensamientos son montes, mares, selvas, bloques de sal cegadora, flores lentas.
Desesperadamente amar, amarte y volver a nacer para quererte.
Yo no soy responsable de que me atraigan simultáneamente el campo y la ciudad, la tradición y el futuro; de que me encante el arte nuevo y me extasíe el antiguo; de que me vuelva loco la retórica hecha, y me torne más loco el capricho de volver a hacérmela -nueva- para mi uso personal e intransferible.
El poeta nunca ha ido a la universidad.
Después de ver el cuadro la luna es más precisa y la vida más bella.
Querer ser libre es ser libre.
Amar es no pedir, es dar.
A la brisa, a la abeja, a la hermosa el rosal puede dedicar la rosa.
La poesía es el lenguaje incorruptible.
Mi oración es así. Tú estás en todo y todo en mí.
Era tu figura la flor de un nimbo de ensueño.
A la hora de la verdad, que es la de buscarse a sí mismo en lo objetivo, uno olvida todo y se dispone a no ser fiel más que a su propia sinceridad.
Y por tus ojos la borrasca y la ventisca y el miedo a las hadas.
Amar amar y siempre amar haber amado haber de amar.
¡Quién pudiera ser tu novio en un sueño eterno y dulce, blanco como las estrellas!
Si eres tú misma el rosal y las rosas, la noche de mi verso y sus estrellas, ¿a quién dedicaré este breve cielo, este arbusto, esta fuente, este desvelo?