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Las riquezas de este mundo pertenecen, en efecto, a quienes tienen la audacia de proclamarse sus dueños.
Georges Duhamel
La simpatía, pasión animal, es también una pasión egoísta. Pero no deja de ser nuestra mejor oportunidad para evadirnos del egoísmo.
Es menester poseer un poder muy grande, y no utilizarlo casi nunca. He ahí el misterio del arte.
Cuando se quiere saber una cosa, lo mejor que se puede hacer es preguntarla.
Las grandes deudas son un privilegio de la riqueza.
El mundo ha sido creado para ser recreado.
Si la civilización material no está primero en el corazón de los hombres, es inútil esperar que exista.
No movemos la extremidad de nuestro dedo meñique sin que hagamos daño a alguien.
Tengo demasiado respeto a la idea de un Dios como para hacerlo responsable de un mundo tan absurdo.
Las pirámides son el mejor ejemplo de que, en cualquier tiempo y lugar, los obreros tienden a trabajar menos.
Cuando una mujer ama a un hombre se le conoce enseguida: no sabe hablar de otra cosa.
Cuando se lee un libro según qué estado de ánimo, sólo se encuentran en él interpretaciones de ese estado.
El deporte es la mayor escuela de vanidad.
Si quieres hallar en cualquier parte amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
El horror a la vida social es una prueba de inteligencia, de tendencia a la espiritualidad.
Nunca he engañado a mi mujer. No es ningún mérito: la amo.