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La vida de un hombre es interesante cuando ha cometido errores; es una muestra de que intentó superarse.
Georges Clemenceau
La vida del hombre es interesante principalmente si ha fracasado. Eso indica que trató de superarse.
El que piensa públicamente actúa.
La guerra es una serie de catástrofes que da lugar a una victoria.
No hay propiamente edad de la vejez; se es viejo cuando se comienza a actuar como viejo.
Toda tolerancia llega a ser, a la larga, un derecho adquirido.
Siempre dicen verdad los que están de acuerdo con lo que nosotros creemos.
El gobierno tiene que como misión hacer que los buenos ciudadanos permanezcan buenos y los malos no lo sean.
Los juicios son un asunto demasiado importante como para dejarlo en manos de meros abogados.
Mi política interior: dar guerra. Mi política exterior: dar guerra. A toda hora emprendo guerras.
El poder: la más completa de las servidumbres.
Lo más seguro es dar a cada uno algo que defender.
Todos los cementerios del mundo están llenos de gente que se consideraba imprescindible.
La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.
Los hechos son el principio, el medio, el fin; hace un daño irreparable descansar sobre grandes discursos.
La belleza es en la mujer lo que el dinero en el hombre: una fuerza.
La vida es un espectáculo magnífico, pero tenemos malos asientos y no entendemos lo que estamos presenciando.
Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro.
Cuando un político muere, mucha gente acude a su entierro. Pero sólo lo hacen para estar completamente seguros de que se encuentra en verdad bajo tierra.
Todo lo que vive, resiste.
Es suficiente agregarle la palabra militar para que una palabra con significado lo pierda. Así, la justicia militar no es justicia, la música militar no es música.
Los tontos no gustan de admirar las cosas sino cuando llevan una etiqueta.
Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo.
Eso que llaman verdad no es más que la eliminación de errores.
La diferencia entre un civil y un militar es que el primero siempre puede militarizarse, pero el segundo rara vez puede civilizarse.
El hombre absurdo es el que no cambia nunca.
Un hombre joven que no es un socialista no ha conseguido un corazón; un viejo hombre que es un socialista no ha conseguido una cabeza.
El hombre siente de tal modo la obsesión de la eternidad que no duda en aceptar la inmortalidad aun al precio del infierno.
Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones.
La guerra es un asunto demasiado importante para confiárselo a los militares.
Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra.