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Ese niño, si sobrevive, será un lisiado. Peor que un lisiado. Un ser grotesco. Prefiero mil veces una muerte limpia. - Manifiesto mi más profundo desacuerdo, en nombre de todos los seres grotescos del mundo. ¡La muerte es tan... Definitiva! Mientras que la vida está llena de posibilidades.
George R. R. Martin
El guerrero que lucha por dinero sólo es leal a su bolsillo.
Ningún hombre es libre. Eso solo se lo creen los niños y los idiotas.
Aunque le pinten rayas a un sapo no se convierte en tigre.
Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una.
¿Cuánto vale una corona si un cuervo puede cenar carne de rey?
Recuerdo la justicia. Tenía un sabor grato. La justicia era nuestra meta cuando nos mandaba Beric, o al menos eso nos decíamos. Éramos hombres del rey, caballeros, héroes... Pero algunos caballeros son oscuros y están poblados de terrores, mi señora. La guerra nos convierte a todos en monstruos.
Se puede luchar contra los muertos, pero cuando llegan sus amos, cuando empieza a levantarse esa neblina blanca... ¿Cómo se lucha contra la niebla, cuervo? Sombras con dientes... Un aire tan frío que duele hasta respirar, como un cuchillo que atraviesa el pecho... No sabes nada, no puedes saberlo. ¿Tu espada puede atravesar el frío?
A mí dadme dulces mentiras y guardaos vuestras amargas verdades.
Si le vas a quitar la vida a un hombre, tienes un deber para con él, y es mirarlo a los ojos y escuchar sus últimas palabras. Si no soportas eso, quizá es que ese hombre no debe morir. El gobernante que se esconde tras ejecutores a sueldo olvida pronto lo que es la muerte.
El mundo no es sino una gran telaraña, y basta con tocar un hilo para que los demás vibren.
Una buena acción no lava la mala, ni una mala lava la buena. Cada una debe tener su recompensa.
Para ser el rey de los conejos hay que ponerse las orejas largas.
La brujería es una espada sin empuñadura. No hay manera segura de agarrarla.
En la horca, todos los hombres son hermanos.
Nunca ha existido un esclavo que no escogiera ser esclavo. Puede que la elección fuera entre los grilletes y la muerte, pero la elección estaba siempre allí.
Nunca olvides qué eres, porque, desde luego, el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte.
El amor es un veneno. Un veneno dulce, sí, pero un veneno que mata.
Sabes demasiado, viejo pirata. Un contrabandista tenía que conocer a los hombres tan bien como las mareas o no duraba mucho tiempo en el negocio.
La brujería es la salsa que los idiotas vierten sobre el fracaso para ocultar el sabor de su incompetencia.
¿Acaso la muerte hace que un hombre sea más sincero, o siquiera más listo? Seguro que los muertos son muy aburridos, siempre quejándose de tonterías... Que si el suelo está muy duro, que si me merecía una lápida más grande, que por qué ése tiene más gusanos que yo...
Los dioses dan con una mano y quitan con la otra.
Un hombre tiene que saber mirar antes de aspirar a ver.
Por cierto, si me sigues tratando con tanta formalidad, haré que te corten la cabeza y la claven en una pica. Entre nosotros hay mucho más que esas tonterías.
Si le cortas la lengua a un hombre, no demuestras que estuviera mintiendo: demuestras que no quieres que el mundo oiga lo que pueda decir.
Silenciosa como una sombra. Tranquila como las aguas en calma. Rápida como una serpiente. Veloz como un ciervo. Fiera como un carcayú. El hombre que teme la derrota ya ha sido derrotado. El miedo hiere más que las espadas.
Quien hace una pregunta debe ser capaz de soportar la respuesta.
Los vasallos son inconstantes hasta en su deslealtad.
Los planes son como la fruta, tienen que madurar.
El pasado sigue en el pasado. Podemos aprender de él, pero no cambiarlo.
Una bolsa de dragones compra el silencio de cualquiera por un tiempo, pero un dardo disparado con puntería lo compra para siempre.
El veneno es arma de cobardes.
No hay hombre más maldito que aquel que mata a la sangre de su sangre.
Un bastardo tiene que aprender a fijarse en todo, a descubrir las verdades que la gente oculta tras los ojos.
Una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo.
Los beneficios lo eran todo para los príncipes mercaderes de las Ciudades Libres, soldados de las especias y señores del queso, como los llamaba su padre con desprecio.
Solo hay una cosa más patética que un enano desnarigado: un enado desnarigado y sin fondos.
El conocimiento es un arma, Jon. Aseguraos de ir bien armado antes de entrar en combate.
¿Por qué será que, en cuanto un hombre construye un muro, inmediatamente su vecino quiere saber qué hay al otro lado?
Hasta un niño feo y deforme puede mirar el mundo desde arriba si va a lomos de un dragón.