Imágenes
Ama a tu vecino, pero no derribes vuestra; verja.
George Herbert
Habla con oportunidad, o guarda un silencio discreto.
Porque el que necesita para vivir cinco mil libras no es menos pobre que el que necesita cinco.
¡Ay de quien no lee más que un libro!
Atrévete a ser verdad. Nadie necesita una mentira.
El chiste es un motor de insubordinados, tremendamente poderoso. A veces un amigo, a veces el ingeniero.
Pétreos corazones sangrarán.
En los ojos está el espíritu, el alma y el cuerpo.
No sigas tan de cerca ala verdad, que sus talones te arranquen a golpes los dientes.
Lo que determina la profesión de un hombre no es la clase de trabajo que desempeña, sino el espíritu con que lo realza.
La pobreza no es pecado.
La ignorancia tiene alas de águila y ojos de lechuza.
Muéstrame un mentirosa y yo te mostraré un ladrón.
Quien tiene casa de vidrio, no debe tirar piedras a otro.
Casa a tu hijo cuando quieras y a tu hija cuando puedas.
El que no sabe nada no duda de nada.
En todas partes, una mirada es una forma de lenguaje.
Donde no hay negocio nace el libertinaje.
La juventud vive de la esperanza; la vejez del recuerdo.
La indignación moral no es más que envidia con aureola.
La sospecha es la virtud de los cobardes.
El juramento que no debió hacerse no debe guardarse.
La herejía es la escuela del orgullo.
Presta solamente aquello cuya pérdida puedas soportar.
Caminar a la ruina es una labor silenciosa.
Un padre vale por cien maestros.
Las mujeres ríen cuando pueden y lloran cuando quieren.
Cuando un perro se está ahogando, todo el mundo le ofrece beber.
El que no es bello a los veinte, ni fuerte a los treinta, ni rico a los cuarenta, ni sabio a los cincuenta, nunca será ni bello, ni fuerte, ni rico, ni sabio.
El mezquino lleva en sí su propio infierno.
En todas las tierras el sol sale al amanecer.
La esperanza es el pan del pobre.
La corona real no quita el dolor de cabeza.
Buenas palabras valen mucho y cuestan poco.
Cuando un amigo nos pide algo, la palabra "mañana" no existe.
La religión abraza siempre el partido de la pobreza.
El peor de los pecados de la instrucción es ser aburrida.
Una hora puede hacer feliz a un hombre por el resto de su vida. Debes buscar esa hora.
Dios castiga con el dedo, y no con todo su brazo.
Nunca mientas a tu médico, confesor, ni abogado.