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Tengo un miedo espantoso de que algún día se me declare santo: se adivinará la razón por la que yo publico este libro antes, tiende a evitar que se cometan abusos conmigo. No quiero ser un santo, prefiero ser un bufón. Quizá yo sea un bufón.
Friedrich Nietzsche
Crear un animal con derecho a hacer promesas: ¿no es esta la paradójica tarea que la naturaleza se ha propuesto en el caso del hombre? ¿No es el verdadero problema que atañe al hombre?
El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio.
Ser feliz en la contemplación serena, con la voluntad extinguida, sin la codicia y el afán del egoísmo, frío y gris de pies a cabeza, pero con ojos ebrios de luna.
Cuando se ha retirado la posibilidad de una causa natural, hay necesidad de una causalidad contraria a la naturaleza.
Las religiones tienden a conservar estos casos abortivos y a desterrar a los fuertes, hacer sospechosa la felicidad. Su objetivo es convertir al hombre en un aborto sublime.
Subiendo a las alturas los adelantas; pero cuanto más subas, más pequeño te verán los envidiosos. El que vuela más alto es el más odiado.
Mi doctrina es: Vive de tal modo que llegues a desear vivir otra vez, éste es tu deber, porque revivirás de todas formas.
La mujer comprende al niño mejor que el hombre, pero el hombre es más niño que la mujer.
En un cuerpo cuando un órgano prescinde de conservarse a sí mismo, de su egoísmo, entonces se corrompe todo y hay que proceder a la amputación.
Los pensamientos que se acercan con pies de paloma son los que gobiernan el mundo.
De nadie estamos más lejos que de nosotros mismos.
La mediocridad es la más feliz de las máscaras que puede usar un espíritu superior, porque el gran número, es decir, los mediocres, no sospechan que en ello haya engaño; y, sin embargo, por esto es por lo que se sirve de esta arma el espíritu superior: para no irritar, y, en casos no raros, por compasión y bondad.
El ser humano no es ya un artista, se ha convertido en una obra de arte.
De todo lo que se escribe, sólo me gusta lo que un hombre escribe con su propia sangre. El que así escribe máximas no quiere ser leído, sino aprendido de memoria.
Las personas más espirituales, suponiendo que tengan el máximo coraje, son también las que viven las tragedias más dolorosas: pero esas personas honran la vida justo porque ésta les opone su máxima hostilidad.
La libertad de toda clase de convicciones forma parte de la fuerza, la facultad de mirar libremente, la gran pasión, la potencia del propio ser, toma todo su intelecto a su servicio.
Sed parcos en el aceptar, discernid al recibir.
El diablo es simplemente la ociosidad de Dios cada siete días.
El cristianismo, el alcohol: los dos grandes medios de corrupción.
La mujer es el reposo del guerrero.
Cuantos hombres se precipitan hacia la luz, no para ver mejor sino para brillar.
Hay que colocarse más allá del bien y del mal.
La libertad es algo que se tiene y no se tiene a la vez, que se quiere, que se conquista.
Las personas que brindan su plena confianza creen por ello tener derecho a la nuestra. es un error de razonamiento: los dones no dan derecho.
El cristianismo se basa en la mentira de que el hombre no puede saber por sí mismo lo que es el bien y el mal.
Proyecta el goce que encuentra en sí mismo, su sentimiento de poderío, en un ser al cual pueda estar agradecido por estas cualidades.
He aprendido a caminar; desde entonces me dejo correr.
Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.
Debería considerarse a todo escritor como un malhechor que en muy contados casos merece perdón y gracia. Este sería un remedio contra la invasión de los libros.
En el cristianismo lo más alto es considerado como inaccesible.
No sólo se ataca por hacer daño alguno, por vencerle, sino a veces por el mero deseo de adquirir conciencia de la propia fuerza.
La mentira más habitual es aquella por la que uno se miente a sí mismo.
Yo considero pervertido a un animal cuando pierde sus instintos.
El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación.
Mas precisamente para el héroe lo bello es lo más difícil. Inaccesible es la belleza a todas las voluntades impetuosas.
Aspiras a las libres alturas; tu alma anhela alcanzar el mundo de las estrellas. Más también tus malos instintos ansían la libertad.
Un filósofo casado es, para decirlo claro, una figura ridícula.
Siempre cree en aquello con que logra mejor hacer creer.
También suelen hacerse los amables contigo. Pero ésa fue siempre la astucia de los cobardes. ¡Sí, los cobardes son astutos!