Imágenes
Ni hay que llamar buena a una cosa ni un día más de los que nos parece, pero tampoco un día menos.
Friedrich Nietzsche
No me entienden; yo no soy la boca que sepa llegar a esos oídos.
No es arte pequeño el de dormir: para llegar a dominarlo hay que pasarse todo el día despierto.
Lo que mucho ocupa termina por preocupar.
¡Que precisamente con ayuda de espadas alemanas, de sangre y valor alemanes haya hecho la Iglesia su guerra de mortal enemistad a todo lo aristocrático que existe en la tierra!
Mientras permaneció el sacerdote como tipo superior, los hombres de valía de todas las clases fueron despreciados.
El hombre libre, y mucho más el espíritu libre, pisotea esa especie de bienestar despreciable con que sueñan los tenderos, los cristianos y las vacas.
¡Lo terrible no es la altura sino la pendiente!
El cristianismo es el arte de mentir santamente.
Sólo a través de la mujer llegó el hombre a gustar del árbol del conocimiento - ¿Qué había ocurrido? Al viejo Dios lo invadió una angustia infernal. El hombre mismo había sido su máximo fallo.
Quien no tienen alas no debe tenderse sobre abismos.
Se llama bueno al que quiere ser siempre el primero, pero también al que no quiere sobresalir en detrimento de nadie.
Si se coloca el centro de gravedad de la vida en el más allá, se ha arrebatado el centro de gravedad de la vida en general.
... De las figuras poderosas de la historia de Israel, dotadas de una constitución muy libre, han hecho, según las necesidades, míseros mojigatos y santurrones, o ateos, han simplificado la psicología de todo gran acontecimiento, reduciéndola a la fórmula, propia de idiotas, de obediencia o desobediencia a Dios.
El miedo al dolor, incluso a lo infinitamente pequeño en el dolor no puede acabar de otro modo que en una religión del amor...
El griego conoció y sintió los horrores y espantos de la existencia: para podervivir tuvo que colocar delante de ellos la resplandeciente criatura onírica de los olímpicos.
Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su existencia, es, más bien, condición de ella.
¡Yo os conjuro, hermanos míos, permaneced fieles a la tierra y no creáis a quienes os hablan de esperanzas sobreterrenales! Son envenenadores, lo sepan o no. Son despreciadores de la vida, son moribundos y están, ellos también, envenenados, la tierra está cansada de ellos: ¡ojalá desaparezcan!
El hombre de la tarde, con los instintos salvajes dormidos, tiene necesidad de veraneo, de baños, de ventisqueos.
Quien a sí mismo se desprecia continúa apreciándose, sin embargo, a sí mismo en cuanto despreciador.
La originalidad estriba únicamente en dar el nombre. Cread el nombre y la cosa será creada.
Para conquistar la verdad hay que sacrificar casi todo lo que es grato a nuestro corazón. El servicio de la verdad es el más duro de todos los servicios.
Las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad que las mentiras.
No permitáis que alcen vuelo, abandonando las cosas terrenas, y con sus alas golpeen contra paredes eternas.
La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla.
Rodeaos de cosas buenas, perfectas. Lo perfecto enseña a abrigar esperanzas.
La vida es un manantial de goces; pero donde la canalla deja envenenadas las fuentes.
Un amigo debe ser maestro en el arte de adivinar y de callar.
¿Qué es más dañoso que cualquier vicio? - La compasión activa con todos los malogrados y débiles - el cristianismo...
... se debe llegar a ser bienaventurado porque se cree...
El que desee convertirse en conductor de hombres, debe resignarse a pasar largo tiempo por su peor enemigo.
Las privaciones y sufrimientos crecen con el incremento de la cultura del individuo.
También Dios tiene su infierno: es su amor a los hombres.
Negar a Dios será la única forma de salvar el mundo.
Una conversación entre dos personas son dos monólogos con interrupciones más o menos pacientes.
El más grande será el que pueda ser el más solitario, el más oculto, el más divergente, el hombre más allá del bien y del mal, el señor de sus virtudes, el sobrado de voluntad; grandeza debe llamarse precisamente el poder ser tan múltiple como entero, tan amplio como pleno.
En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.
Todo el mundo cree que puede decir algo cuando se habla del tiempo, de las enfermedades y del bien y el mal.
Que vuestro amor a la vida sea un amor a vuestra más alta esperanza, y que vuestra más alta esperanza sea el amor a la vida.
Moraleja: toda palabra en boca de un primer cristiano es una mentira...