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¡Cuantos hombres podrían ver si se quitasen las gafas...!
Friedrich Hebbel
El verdadero dolor es recatado.
A menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto, pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?
La obstinación es el sucedáneo más barato del carácter.
Somos tan pequeños como nuestra dicha, pero somos tan grandes como nuestro dolor.
Si te atrae una lucecita, síguela. ¿Has caído en un abismo? ¡Ya saldrás de él! Pero si no la sigues, toda tu vida te martirizarás pensando que acaso era tu estrella.
Hay gentes que sólo se lavan cuando ven a los otros sucios.
Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.
¿Te conoces a ti mismo? Es seguro que te conoces, si descubres en ti más defectos que en los demás.
En arte, el hijo instruye al padre; la obra, al maestro.
El pudor delimita en el hombre los confines internos de la culpa. En el punto en que alguien se ruboriza comienza su más noble personalidad.
Hay gentes a quienes no se puede participar ninguna desgracia sin que en seguida nos participen ellas una semejante.
Si quieres saber lo que es la vida, pregúntate a ti mismo lo que es la muerte.
Cada nuevo amigo es un pedazo reconquistado de nosotros mismos.
Los grandes hombres son los infelices de la humanidad.
Casos hay en que cumplir el deber es pecar.
Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla.
Creer posible algo es hacerlo cierto.