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Vivo: es decir, me diferencio de todos los demás.
Friedrich Hebbel
Sólo cuando una casa arde se ve toda la miseria que había dentro. Entonces, hasta el rey se entera de que ha convivido con las ratas.
Hay algunos libros que leemos con la sensación de que damos limosna a su autor.
¡Ah, como ama el hombre cuando está separado de lo que ama por un imposible! Por el pasado.
Durante un naufragio arrojé a uno una tabla. Este, después de hallar en ella su salvación, dijo: ¿Cuánto cuesta la tabla? Agradecido, quiero pagarle la madera.
Muchos no creen en nada, pero temen a todo.
Hay libros que se leen con el sentimiento de una limosna que se hace al autor.
No soy un águila, dice el avestruz, y todo el mundo admira su modestia.
El individualismo no es tanto un fin como un camino, no el mejor, sino el único.
Hay velas que lo alumbran todo, menos su propio candelabro.
En la mujer, verdaderamente mujer, no hay nada que no esté en relación con su marido, con su hijo o con su amante.
Las coronas de laurel son arrebatadas por un soplo de brisa; contra las coronas de espinas, nada puede la tempestad.
A las enfermedades que marcan el desarrollo de la humanidad se las llama revoluciones.
No honres con tu odio a quien no podrías honrar con tu amor.
No hay censura que no sea útil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores.
¿Tienes un enemigo? Eso quiere decir que tienes ante ti un hombre del que debes hacer o tu amigo o tu esclavo.
Más difícil que ser agradecido es no exagerar la pretensión a la gratitud.
No puedes detener la primavera, pero la puedes aprovechar al máximo.
Nuestras virtudes son, a menudo, hijas bastardas de nuestros vicios.
Pero ¿tú te conoces? Seguramente que si, si es que descubres en ti más defectos que en los demás.
El hombre es un ciego que sueña ver.
Un prisionero es un predicador de la libertad.
La vergüenza delimita en el hombre los confines internos de las culpas. Donde empieza a avergonzarse, comienza exactamente su más noble yo.
A más de uno que dice que la vida es breve le parece el día demasiado largo.
Gran parte de las experiencias que he hecho sobre mí mismo las hice observando las particularidades de los demás.
No es oro todo lo que luce; pero también debería agregarse que tampoco luce todo lo que es oro.
Una promesa es una letra de cambio que giramos contra nuestro porvenir.
Instrucción es un concepto totalmente relativo. Es instruído aquel que posee lo que necesita para sus actividades. Lo superfluo nada aprovecha..
Sólo hay una necesidad: que el mundo exista. Cómo se acomode el hombre poco importa.
Hay quien, en ciertos momentos, desearía una conciencia inquieta para aburrirse menos.
Permanecer solo, con los ojos cerrados, en medio de las fuerzas más monstruosas que braman en torno, y, sin embargo, sentir palpitar en los labios la palabra misteriosa de la liberación: he ahí la dura suerte del hombre. ¡Un navegante por mares desconocidos, en una noche tempestuosa!
La mayoría de los hombres son buenos sólo mientras tienen por buenos a los demás; no quieren dar, sino únicamente saldar una deuda.
Te conocerás a ti mismo en cuanto empieces a descubrir en ti defectos que los demás no te han descubierto.
El asunto es el problema; la forma, la solución.
Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo.
Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo.
Las gentes virtuosas desacreditan a la virtud.
La humanidad sueña por medio de los poetas.
Sólo por el amor puede el hombre librarse de sí mismo.
Hay personas que se consolarían hasta del fin del mundo, con tal de que ellas lo hubiesen anunciado.