Imágenes
La arqueología no ha dicho todavía su última palabra; pero los resultados ya logrados confirman lo que la fe sugeriría, que la Biblia solo puede salir ganando por un aumento de conocimiento.
Frederic G. Kenyon
Un examen detallado del libro del obispo me ha convencido de que este no es una representación actualizada de los resultados de la erudición moderna, sino, por el contrario, es una revitalización de una escuela de crítica que estuvo en boga hace unos setenta años y que descartaba casi totalmente los resultados de las investigaciones de los últimos cincuenta años'.
Se nota que Hebreos está puesto inmediatamente después de Romanos (una posición casi sin precedente), lo cual muestra que en la fecha remota en que se escribió este manuscrito no se dudaba que Pablo fuera su autor.
Y es tranquilizador descubrir al fin que el resultado general de todos estos hallazgos y de todo este estudio ha sido el de fortalecer la prueba de la autenticidad de las Escrituras, y nuestra convicción de que tenemos en las manos, en integridad sustancial, la verdadera Palabra de Dios.
Se ha removido ahora la última base para cualquier duda del hecho de que las Escrituras nos han llegado sustancialmente como fueron escritas.
Ciertamente es una prueba impresionante de la solidez esencial de la tradición de que en el caso de todos estos miles de copias, que han tenido su origen en tantos diferentes lugares de la Tierra y en medio de condiciones de tanta diversidad, las variaciones del texto sean tan enteramente cuestiones de detalles, no de sustancia esencial.
La Biblia contiene historia humana así como inspiración divina. Es una historia sumamente interesante y que todo el que aprecie su Biblia debería conocer.
No se puede exagerar cuando se afirma que en sustancia el texto de la Biblia es seguro: Esto sucede especialmente con relación al Nuevo Testamento.
Opino que ha llegado el momento de restaurar la confianza en la Biblia como guía a la verdad y base para la conducta humana Sólo puedo esperar que sirva de ayuda a los que ven al cristianismo como la única esperanza para el mundo enloquecido y a la Biblia como el fundamento sólido de las creencias cristianas'.
Ningún otro libro antiguo cuenta con semejante testimonio, temprano y cuantioso, en apoyo de su texto, y ningún erudito imparcial negaría que el texto nos ha llegado sustancialmente exacto.
El cristiano puede tomar la Biblia completa en su mano y decir sin temor ni vacilación que está sosteniendo la verdadera Palabra de Dios, transmitida sin equivocaciones fundamentales de generación en generación a lo largo de los siglos.
Nos debe alegrar el saber que la autenticidad general del texto del Nuevo Testamento ha recibido notable apoyo de los descubrimientos modernos que tanto han reducido el intervalo entre los autógrafos originales y los manuscritos más antiguos a nuestra disposición, y que las diferencias en la lectura, interesantes como son, no afectan las doctrinas fundamentales de la fe cristiana.