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Digo que cualquiera que tiemble en este momento es culpable; pues la inocencia nunca teme la vigilancia pública.
Fred Vargas
Pienso que no hay que evaluar la vida. Uno se ve constantemente obligado a ello, y eso es un crimen.
La banalidad es el abono de la vida, ¿no?
Uno siempre conoce su decisión mucho antes de tomarla. En realidad, desde el principio.
Porque es innegable que el contingente de graciosos está principalmente formado por miedosos.
No me gustan los contenciosos. No por virtud, sino porque me cansan, tanto si son justificados como si no.
Cuando las maletas están hechas, el hombre no mira atrás.
Entre aproximación e inexactitud, la verdad va disolviéndose dando paso al oscurantismo.
No sé si ganar o perder son términos adecuados para evaluar la vida.
Nunca se queda nada en suspenso, nunca nada se queda inmóvil.
Da siete vueltas a lo que piensas, pero no diez, ni veinte, de lo contrario lo que piensas se desgasta y ya no sale nada de ello.