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¡La tragedia es vulgar por lo sencilla!
Francisco Villaespesa
Ni la derrota en mi valor rehuyo... Mas, antes de rendirme fatigado, me encerraré en la torre de mi orgullo, y en sus escombros moriré aplastado.
Conozco los secretos del alma del paisaje, y sé lo que entristece, y sé lo que consuela, y el viento traicionero y el bárbaro oleaje conocen la invencible firmeza de mi vela.
Igual que en un sepulcro me he encerrado en tu eterno recuerdo, y en él vivo, la frente entre las manos, pensativo, evocando las glorias del pasado.
Nada es barato ni caro, todo es igual en la vida... Las cosas valen tan sólo lo que cuesta conseguirlas.
¡La ambición! Inmortal óleo divino con que Dios purifica el barro humano.
Las hermosas doncellas son lo mismo que rosales, que a todos los que pasan les dan rosas.
¡Como un perfume que arrebata el viento, pasaron para mí las horas bellas!
Como un panal disuélvame en dulzura, desfallezco de todo: de ternura, de claridad, del éxtasis de verte...
Siempre así es el amor, será y ha sido: mata de celos y de un golpe, y luego besa y besa, llorando lo que mata.
Cuando me dices: soy tuya, tu voz es miel y es aroma, es igual que una paloma torcaz que a su macho arrulla.
¡Siendo de dos una tristeza, ya no es tristeza, es alegría!
¿Conoce alguien al amor?.. Es la palmera de la paz en los desiertos deI dolor. ¿Conoce alguien al amor? Es una senda florecida; es un licor que hace olvidar todas las glorias de la vida, menos la gloria del amar... Es como un huerto todo en flor que nos convida a reposar...
¡El amor es más fuerte que la Muerte, y la Muerte más fuerte que el olvido!
¡Combatir es vivir! La luz sublime entre las sombras de la noche crece: ¡espada que en la lucha no se esgrime, colgada en la panoplia se enmohece!
El ritmo, el gran rebelde me rinde vasallaje, y cuando quiero ríe, y cuando quiero vuela, y he domado mi estilo, como un potro salvaje, a veces con el látigo u a veces con la espuela.
¿Es la luna que canta al darte un beso, o el ruiseñor que estremecido trina al recibir los besos de la luna?
Es la ceguera del abismo, y la ilusión del espejismo en los desiertos del dolor... ¡Todos conocen el amor!
El mayor dolor del mundo no es el que mata de un golpe, sino aquel que, gota a gota, horada el alma y la rompe.
Y había besos y cánticos y risas en su boca, en mi boca y en tus brisas...
¿Conoce alguien el amor? ¡El amor es un sueño sin fin!
Yo sueño con tu amor... Una infinita dulzura sube del florido huerto... ¿Por qué el ensueño de una margarita, hoja tras hoja mi saudade arranca, si en la penumbra del balcón abierto falta esta tarde tu silueta blanca?
El hombre, valeroso no se abate en tanto pueda manejar la lanza y triunfar o morir en el combate.
La ágil caricia de tus sedas era como una primavera perfumada...
Las mariposas tienden sus alas temblorosas y en alegría loca de luces y colores, ebrias de amor expiran en tálamos de flores... ¡Hay vidas que se acaban como esas mariposas!
Contra mis enemigos, terco y rudo, esgrimiré en la lid, que no me apoca, por lanza mi razón y como escudo mi carácter más firme que una roca.
Por ti mares de sangre los hombres han llorado. El fuego de tus ojos al sacrilegio incita, y la eterna sonrisa de tu boca maldita de pálidos suicidas el infierno ha poblado.
¡Que enmudezcan nuestras lenguas y empiecen a hablar las manos!
La música se va... Tan sólo queda un perfume fugaz a carne y seda... ¿Quién tus encantos desnudó a la brisa?
¡Felicidad! ¡Felicidad! Dulzura del labio y paz del alma... Te he buscado sin tregua, eternamente, en la hermosura, en el amor y el arte.
En un beso muy largo y muy profundo nos bebimos las lágrimas del aire, y fueron nuestras vidas como un sueño y los minutos como eternidades...
Y si fuera pintor, ¡con qué cuidado, con mi pincel, por el amor guiado, diluiría en la cándida vitela de un abanico tu sutil figura, entre el rosa fragante y la frescura de un florido paisaje de acuarela!