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El deporte es una estilización de la guerra.
Francisco Umbral
¡Qué horror!, ¡qué tema! No vaya tan arriba. Cambiar, nada. Si existen se deben reservar para el ámbito privado, y si no existen es mejor dejarlo.
Eso ni me lo planteo. Allí siempre está el mismo polvo.
El periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto.
Un regalo de Reyes suele suponer, más que el capricho del niño, el fantasma de un anhelo o desconsuelo de los padres.
La vida es lo que queda por vivir, vivir es penetrar en lo que ignoras.
La literatura es un lenguaje de palabras desmemorizadas.
Madrid es una excusa para contar historias.
Caín sigue siendo la izquierda y Abel la derecha. Son los agricultores contra los pastores. Abel es el agricultor que cuida muchos sus frutos y la Biblia dice que para ofrecérselos al Señor; y Caín es el trashumante que cruza el mundo. Claro, siempre hay más revolución, más inquietud, más novedad, más progreso, en el hombre errante y aventurero que en el primer burgués que es Abel.
Una nación no es necesariamente el alunamiento monótono de los mismos, sino la capacidad social y política de asimilar y molturar todo lo que va llegando por vía guerrera o comercial o puramente vivencial.
Los hallazgos de Darwin, resumidos, vienen a decir que, después de cinco mil millones de años de evolución, y dejando atrás al chimpancé por un pelo, el hombre ha venido a dar en dependiente de zapatería, limpiaparabrisas o funcionario.
La lengua elige a unos cuantos tipos para expresarse, para salvarse, para decir todo lo mucho que tiene que decir, que es decirse a sí misma.
La guerra digital es hoy la guerra civil de España. Ya no se pelean nuestros políticos por un pedazo de tierra o de pan, por Cristo o Lenin, por Azaña o Franco, por las fincas del señorito o los huevos del señorito. Ahora se pelean, tan adultos, tan sabios, por un mando a distancia.
El liberalismo fue muy activo en el XIX, pero luego se ha convertido en una elegante poltrona para biempensantes que todo lo comprenden, todo lo toleran y no se meten en nada.
Los ojos de mi hijo, sus ojos que ayer eran flores abiertas, capullos de noche, y hoy son rendijas tristes, sesgadas por el cansancio y el recelo.
La democracia natural, en la España profunda, consiste en linchar al alcalde.