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No hay hombre ninguno innecesario, todos somos más o menos útiles según determinadas circunstancias.
Francisco de Paula Santander
Entre el patíbulo y una muerte gloriosa no hay elección; entre la libertad y la esclavitud, no hay medio; o hacemos todos, por la defensa de Colombia, cuantos sacrificios exija su salud política o resolvámonos a morir en la ignominia, cargados de las maldiciones de nuestra posteridad y de la del mundo filósofo.
El ejército que mando se compone de vuestros hermanos, de vuestros parientes y de vuestros amigos. Yo mismo soy uno de vosotros. No tenemos todos otra ambición que restituiros al goce de vuestra libertad.
Basta por ahora: entretenga usted la guerra seis meses y yo le ayudaré abundantemente con lo que le pediré al congreso. Con leyes que me escuden hago yo diabluras.
Ausente de vosotros, oyendo siempre el ruido triste de vuestras cadenas, no he tenido otro consuelo que ver cubiertos los campos de Venezuela con los cadáveres de los bárbaros que os subyugaron.
¿Quién es el emperador o rey de ese nuevo Imperio? ¿Un príncipe extranjero? No lo quiero, porque yo he sido patriota y he servido dieciseis años continuos por el establecimiento de un régimen legal bajo las formas republicanas.
El gobierno no vacila en que debe abrazar ese partido si él es necesario para salvar nuestro territorio, nuestras vidas y dejar a la posteridad patria y libertad.
Los españoles, apoderados del Perú, sabrán sacar de sus pueblos los recursos inmensos que siempre encuentran la violencia y la arbitrariedad, y aparecerán en el sur de Colombia con una fuerza que sea capaz de ofrecerles la esperanza de obtener ventajas.
La espada de los libertadores tiene que estar, de ahora en adelante, sometida a las leyes de la República.
En América, sólo los miserables pueden alegrarse por la muerte de Bolívar.
Compatriotas: vuestro honor, vuestra felicidad, reclaman imperiosamente vuestra más eficaz cooperación.
Oponerme a la dictadura era mi deber, so pena de incurrir en la nota de infame, desleal y falso magistrado. Y si porque me opuse se me califica del enemigo del Libertador, puedo vanagloriarme entonces.
He sabido la muerte de Bolívar. Me sorprendió este acontecimiento ciertamente... Limítome a decir que es menester empeñarnos todos en hacer cesar la discordia y ver de qué modo se forma un lazo de unión entre los tres Estados de Colombia. Esto es lo importante.
A las armas compatriotas. Venganza contra el cruel español que ha derramado la sangre de nuestros más ilustres ciudadanos y ha asolado nuestro pais.
Yo he indicado al congreso la necesidad de defender la República, haciendo la guerra en el Perú, y ahora no debo insistir en alegar otras razones que las que expone el Libertador.
El momento de vuestra libertad ha llegado. La intrépida vanguardia de un numeroso ejercito marcha bajo mis órdenes a despedazar vuestras cadenas, y a vengar los ultrajes recibidos del bárbaro español.
Ciudadanos de Cúcuta, forjad los destinos de la República.
¡Qué mayor dicha ni qué mayor gloria que la de pertenecer a un país donde se respeten las leyes, la equidad y el juicio de la opinión pública!
Mi filosofía me hace vivir contento con la seguridad de que el testimonio publico y el de mi conciencia, persuaden que he procurado llenar mis deberes.
El último día de mi vida será el primero en que la Nueva Granada no me verá ocupado de su independencia, de su honor y de sus libertades.
Colombianos las armas os han dado la independencia, pero solo las leyes os darán la libertad.
Vale más un desengaño, por cruel que sea, que una perniciosa incertidumbre.
Reuniros a las tropas de mi mando, contribuid vosotros mismos a libertaros; reuníos pronto y marchad sobre el miserable resto de bandidos que profana nuestro territorio.
La moderación, la tolerancia y la justicia rigen el corazón y desarman el descontento.
Alentáos y reunid por un instante vuestros esfuerzos a los nuestros; en un instante de vigor y de actividad vais a recobrar el don más precioso del cielo, que sólo la seducción, la intriga y la perfídia pudieron arrebataros.
La República de Colombia, a la vanguardia de la revolución en el mundo físico y moral, es el blanco de las empresas militares y debe ser el de las maquinaciones secretas de todos nuestros enemigos.
¡Ahora sí! ¡Adiós mis amados amigos!