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Los intelectuales somos muy reaccionarios, y son más reaccionarios los que presumen de progres.
Francisco Ayala
Los políticos de hoy no tienen la trascendencia que tuvieron los del pasado.
Que me recuerde cada uno como le dé la gana.
La novela es un género sin forma, porque en ella cabe todo.
El verdadero ejercicio intelectual no consiste en seguir modas, sino en encararse con las dificultades de la propia época.
No, no creo en la inmortalidad, ojalá. Creo en la literatura, que es lo mismo que la vida para mí. Viviré algo más en mis libros, durante algún tiempo, y ya está. Ésa es toda la inmortalidad a la que aspiro.
La patria del escritor es su lengua.
Nada debe turbar la ecuanimidad del ánimo; hasta nuestra pasión, hasta nuestros arrebatos deben ser medidos y ponderados.
Yo he escrito desde siempre; claro, primero serían pavadas, tonterías, pero siempre estuve escribiendo. El sentido de mi vida está en la literatura, esa es la verdad y creo que la literatura es la verdadera realidad. A la vejez última he descubierto que eso de literatura y realidad es una falsa contraposición, la realidad es la literatura. La realidad real, no es real, no existe.
Las conductas humanas ligadas a la condición natural son, en el fondo, inmutables.
La literatura es lo esencial. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ¿dónde está la realidad?
La 'seta', quién me lo iba a 'desí'.
Una vida sin literatura no es una vida humana.
La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente, quien, aunque otra cosa crea él, no siempre está asistido por serios aparatos de consejeros.
Nosotros los jóvenes somos así
¿Que si he sido feliz? Yo no tengo una escala para medir la importancia de las cosas en mi vida, o para decir fue mejor esto o lo otro. Pero sí puedo decir que este momento en el que estoy con ustedes es un momento de felicidad para mí; que haya tantas personas interesadas en lo que soy yo y en lo que ha sido y será mi vida, me emociona.
Yo digo que la literatura es lo esencial, lo básico. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ¿dónde está la realidad? Un árbol lo es porque uno lo está nombrando. Y al nombrarlo está suscitando la imagen inventada que teníamos. Pero si no lo nombras el árbol no existe.
La libertad no es una fruta al alcance de todas las manos.
O pienso que todo esto no se corresponde con mi personalidad. Yo no soy vanidoso. Y esto es un regalo para los vanidosos, que se vuelven locos con los agasajos. Yo lo veo como desde fuera. Lo veo fríamente. Lo he pasado bien y lo estoy pasando bien. Pero soy el mismo. El mismo que se ríe hasta de sí mismo.
Yo no me pongo límites, hay muchos que ponen límites; 102 años. ¡No está mal para empezar!
La avaricia es la más desinteresada de las pasiones, ya que exige una abnegación, a veces de magnitud heroica.