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A la naturaleza sólo se la domina obedeciéndola.
Francis Bacon
Emplear demasiado tiempo en el estudio es pereza.
Quisiera vivir para estudiar, no estudiar para vivir.
La historia es la ciencia de los hechos.
El conocimiento humano es como las aguas, que unas descienden de lo alto y otras brotan de la tierra; en parte, está informado por la luz de la naturaleza, y en parte, inspirado por la divina revelación.
El medio más seguro de prevenir las revoluciones, cuando los tiempos parecen preñados de ellas, es suprimir los motivos que las provocan.
La bajeza más vergonzosa es la adulación.
Quien se niega a aplicar remedios nuevos, debe aprestarse a sufrir nuevos males, porque el tiempo es el mayor innovador.
¿Cómo puedo tomarme con interés mi trabajo cuando no me gusta?
El argumento se semeja al disparo de una ballesta, es igual de efectivo dirigido a un gigante que a un enano.
Las verdades emergen más fácilmente del error que de la confusión.
Las esposas son nuestras amantes en la juventud, nuestras compañeras en la edad madura y nuestras enfermeras en la vejez.
La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria.
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparsa.
Los hombres elevados a los puestos prominentes son tres veces esclavos.
La virtud de la prosperidad es la templanza; la de la adversidad es la fortaleza, que en moral es la virtud más heroica.
No hubiera podido decir en menos palabras mayor verdad y mayor falsedad aquel que dijo: El que halla placeres en la soledad, es o una bestia salvaje o un dios.
Hay libros que pueden probarse y otros que se pueden tragar. Sólo algunos merecen ser masticados y digeridos.
El malo, cuando se finge bueno; es pésimo.
El conocimiento se adquiere leyendo la letra pequeña de un contrato; la experiencia, no leyéndola.
La propia Ciencia es poder.
Yo conocía a uno que, cuando escribía alguna carta, ponía lo más importante en la posdata, como si fuera algo accidental.
La perfección de la propia conducta estriba en mantener cada cual su dignidad sin perjudicar la libertad ajena.
Dios no forjó nunca milagros paró convencer a los ateos, porque sus obras ordinarias lo demuestran.
El leer hace completo al hombre, el hablar lo hace expeditivo, el escribir lo hace exacto.
En las deliberaciones conviene ver los peligros, mas en la ejecución conviene no verlos, excepto cuando son demasiados grandes.
La historia hace ilustrado al hombre; la poesía, ingenioso; las matemáticas, sutil.
Hay que agradecer a Maquiavelo y a los escritores de este género que digan abiertamente y sin disimulos lo que los hombres acostumbran hacer, no lo que deben hacer.
El que tiene compasión de un enemigo no la tiene de si mismo.
La naturaleza de la castidad es como la de los rayos solares, que pasan sobre las inmundicias y quedan puros como antes.
Escoger el propio tiempo es ganar tiempo.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él.
Los hombres públicos están triplemente sometidos: al soberano de su estado, a la fama y a los negocios.
El que se porta gentil y cortésmente con los extranjeros, demuestra ser ciudadano del mundo.
El medio más seguro de impedir las revoluciones es evitar las causas.
El ateísmo está más en la boca que en el corazón del hombre.
Sólo podemos dominar la naturaleza si la obedecemos.
Una multitud no es compañía.
En lo que acción se refiere, el hombre no puede hacer otra cosa que aproximar o separar los cuerpos naturales; lo demás lo realiaza la naturaleza.
Pide prudente consejo a los dos tiempos: al antiguo, sobre lo que es mejor; al moderno, sobre lo que es más oportuno.