Imágenes
Ahora una vez más en la noche apagada como plantas crecen murallas de clausura, murallas fronterizas para custodiar los campos de mi amor.
Forugh Farrojzad
Vengo, vengo, vengo y el umbral se llena de amor y yo, en el umbral, a los que aman y a la muchacha que aún está aquí en el umbral lleno de amor saludaré de nuevo.
Si vienes a casa, tráeme, amor mío, una luz y una ventana desde la que pueda ver la felicidad que bulle en la calle.
Vuelve conmigo al inicio de mi cuerpo, al perfumado centro del feto, al instante en que de ti fui creada, vuelve conmigo, de ti estoy incompleta.
La obra creativa es una suerte de lucha para mantener la existencia, o bien perpetuarse; es negar el sentido de la muerte. A veces pienso que está bien que la muerte sea una de las leyes de la naturaleza. Y, con todo, es a esta luz donde el ser humano se siente pequeño y humillado. Este es un dilema respecto al que nada puede hacerse. Uno no puede ni siquiera luchar para eliminarlo.
Como muñecas mecánicas se puede ver el mundo con ojos de porcelana y dormir año tras año, en una caja de terciopelo entre paletas y tul con el cuerpo relleno de paja se puede, a cada escandalosa caricia, sin ninguna razón gritar: ¡Oh, que feliz soy!
La vida quizá es una larga calle por la que pasa cada día una mujer con una cesta, quizá es la cuerda con la que un hombre se cuelga de un árbol. La vida quizá es el niño que vuelve de la escuela, quizá es ese cigarrillo que se enciende en la pausa entre dos abrazos o esa mirada absorta del transeúnte que se quita el sombrero y saluda: ¡buenos días! Con una sonrisa insignificante.
En la oscuridad te llamé, todo era silencio y una brisa que se llevaba la cortina. En el cielo apagado una estrella ardía, una estrella partía, una estrella moría.
Toda la noche allí en mi pecho hubo quien jadeaba de desesperación, quien se levantaba, quien te deseaba y sus dos manos frías volvía a rechazar.
Hay una calle que mi corazón se ha robado de los barrios de mi infancia.
Un pájaro que murió me dio un consejo: ten siempre en la mente el vuelo.
Ahora acércate más y escucha los obsesivos latidos del amor que se propagan como el tam tam de los negros tambores en el canto tribal de mi cuerpo.
No estoy de acuerdo con encerrarse en las habitaciones... El mundo solitario abstracto de cada uno debe de ser el resultado de sus paseos... Mirar para poder ver y para poder elegir.
Cada vez que hago un poema, pienso que algo se arranca de mí, algo que ofrezco a los demás.
Estoy pensando que... Podría de pronto abrir las alas, volar fuera de esta silenciosa prisión, reír en la cara de mi carcelero y, junto a ti, empezar a vivir de nuevo.
La vida quizá es ese instante sin continuidad en que mis ojos se derrumban en los tuyos...
Vuelve conmigo, soy incapaz de hablar porque te amo, porque te amo es una palabra que viene del mundo de lo vano y de lo viejo reiterado, vuelve conmigo, soy incapaz de hablar.
Deja que me llene de pequeñas gotas de lluvia, de tiernos corazones, de formas de niños no nacidos... Deja que me llene tal vez mi amor sea la cuna para el nuevo Mesías por nacer.
Yo en mis poesías no busco nada. Sino con ellas me encuentro a mi misma.
Mi existencia entera es un verso oscuro.