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Hay una sola idea superior en la tierra: la de la inmortalidad del alma humana. Todas las demás ideas de las que puede vivir el hombre surgen de ella.
Fiódor Dostoyevski
¡Hay gentes a quienes damos las gracias sólo por haberse atravesado en nuestro camino!
Decirle que me muero solo, que no me rechace, pero usted se ríe... Por lo demás, hablo sólo para hacerla reír...
Es culpa mía, culpa mía personal, si el mundo va mal.
Para la mujer, toda reforma, toda salvación de cualquier clase de ruina y toda renovación moral, está en el amor.
Con un dolor de corazón en que se mezclan la angustia y la dulzura.
Enamorarse no es amar. Puede uno estar enamorado y odiar a la persona de quien lo está
Pues cuando el deseo se combina con la razón, en lugar de desear, razonamos. En ese supuesto, resultará paradójico conservar la razón y desear algo insensato, es decir, nocivo.
Amigos míos, pedid a Dios la alegría. Sed alegres como los niños, como los pájaros del cielo.
En esa otra vida hay una mezcla de algo puramente fantástico, ardientemente ideal, y de algo terriblemente ordinario.
Si Dios ha muerto, todo está permitido.
Es igual que me perdones o no, toda la vida serás en mi alma una llaga, y yo en la tuya: así debe ser...
Por lo visto no había oído mis pasos y ni siquiera se movió cuando, conteniendo el aliento y con el corazón a galope, pase junto a ella...
La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no lo sé en absoluto.
Sin una idea superior no pueden subsistir ni un hombre ni una nación.
Una enorme masa de gente no está sobre la tierra sino para dar a luz, tras largos y misteriosos cruzamientos de razas, un hombre que, entre mil, posea alguna independencia.
Yo le quiero a él, pero esto pasará, esto tiene que pasar. Es imposible que no pase, está pasando ya, lo siento... ¿Quién sabe? Quizá termine hoy mismo, porque le odio, porque se ha reído de mi, mientras que usted ha llorado aquí conmigo.
¿Y ya con que voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?
Es claro que mis bromas son de muy mal gusto, impropias y confusas; revelan mi inseguridad... ¿Como puede respetarse a un hombre con mi lucidez de percepción?
Hay tres fuerzas, tres únicas fuerzas en la tierra capaces de vencer y cautivar para siempre la consciencia de estos débiles rebeldes, para su felicidad. Son: el milagro, el misterio y la autoridad.
El hombre con dinero es hombre en todos los sitios.
¿O has olvidado que la tranquilidad y hasta la muerte son para el hombre preferibles a la libre elección en el conocimiento del bien y del mal?
Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
Los libros son mi aliento, mi vida y mi futuro.
Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben.
Sólo por el respeto de sí mismo se logra el respeto de los demás.
Un momento de dicha, ¿no es bastante para una vida entera?
La naturaleza puede ser corregida, enmendada, pues de no ser así quedaríamos sepultados bajo los prejuicios. Sin eso no habría ni un solo gran hombre.
Sólo temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos.
Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias.
Amar significaba tiranizar y dominar... El amor es una lucha que empieza con odio y termina con el sometimiento del objeto amado.
Y le apena a uno que esa instantánea belleza se haya marchitado de manera tan rápida e irrevocable, que haya brillado tan engañosa e ineficazmente ante uno; le apena el que ni siquiera hubiese tiempo bastante para enamorarse de ella...
Donde no hay amor, tampoco hay razón.
La razón es sólo la razón y satisface únicamente la capacidad del hombre de razonar, mientras que el deseo es la manifestación de toda la vida humana, incluyendo la razón y todos los cosquilleos.
En ese instante sentí una horrible tristeza y, sin embargo, algo así como un brote de risa empezó a cosquillearme el alma.
Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a ti mismo. Sólo por eso, sólo por el propio respeto que te tengas inspirarás a los otros a respetarte.
Pero hasta tanto que llegue ese momento amenazador nuestro héroe no desea nada, porque está por encima del deseo, porque está saciado, porque es artista de su propia vida y se forja cada hora según su propia voluntad.
¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa!
El secreto de la existencia humana no sólo está en vivir, sino también en saber para qué se vive.
Un corazón generoso puede amar por compasión.